Acceso a la tierra, otra de las grandes deudas bahienses

La radicación de nuevos asentamientos, los intentos de usurpación y la imposibilidad de adquirir terrenos para una gran cantidad de bahienses forman parte de este problema.

La radicación de nuevas villas y asentamientos, los repetidos intentos de usurpación en diferentes sectores y la imposibilidad de adquirir terrenos para una gran cantidad de bahienses de clase media asalariada forman parte de las problemáticas de tierra que padece la ciudad.

Desde el Colegio de Arquitectos advirtieron además que el crecimiento se da de manera dispersa y eso encarece los costos de vida, que existe un mercado inmobiliario de baja calidad y con lotes a precios exorbitantes, y concluyeron que si el Estado no interviene “Bahía será una ciudad insostenible desde el punto de vista de la prestación de servicios”.

Uno de los problemas más complejos es encontrar soluciones a la cantidad de tierras ocupadas. Nuestra ciudad tiene 32 asentamientos y es la tercera del interior del territorio bonaerense, detrás de La Plata, donde hay 129; y Mar del Plata, donde existen 80.

De acuerdo con el Registro de Villas y Asentamientos Precarios de la Provincia de Buenos Aires, en Bahía se contabilizan 8.444 viviendas esparcidas en diferentes sectores, especialmente en la zona sur, que en total ocupan 391 hectáreas.

Las tierras fueron ocupadas de manera ilegal al Estado e incluso a privados: la mayoría tiene conexiones clandestinas de luz y agua, y obviamente carecen de cloacas y gas natural.

En un mapa interactivo publicado en la web de la Subsecretaría de Tierras se puede ver que el último asentamiento se creó en 2013 y lleva el nombre de “Altos de Sánchez Elía”.

La barriada se encuentra en cercanías del barrio 9 de Noviembre, donde unas 45 familias ocuparon poco más de 3 hectáreas para levantar sus casas. Días atrás, en ese mismo sector, varias personas intentaron ocupar un espacio similar.

También se permite deducir que desde el año 2000 a la actualidad se conformaron al menos 13 nuevas villas. Quizás la más imponente es Tierras Argentinas, que figura en Provincia como barrios Ferrocarril Roca y Los Mexicanos.

En el lugar hay poco más de 1.300 viviendas entre casillas, casas de chapa, lona, cartón y otros materiales. En su mayoría las habitan jóvenes de entre 20 y 40 años que, hacinados en otros barrios, decidieron instalarse en esos terrenos ociosos pertenecientes al Ferrocarril.

Tierras Argentinas ocupa un importante macizo de 43 hectáreas que corre paralelo a calle Don Bosco, desde Coulin hasta el Camino Sesquicentenario.

En 2012 se estimaba que había 300 familias, mientras que para 2014 se calculaban unas 800. “Quedan pocos terrenos por usurpar y los que están libres se disputan a los tiros”, afirmaban en el lugar en aquel entonces.

Otros casos emblemáticos
Además de ese asentamiento, según el registro, en 2006 se conformó Villa Talleres Sur, donde se levantan 95 viviendas en un predio de 13 hectáreas; el barrio Evita, que desde 2010 ocupa una franja de 15 hectáreas y cuenta con 210 casas; y El Porvenir, que desde 2004 cuenta con 58 casas en un espacio de 12,5 hectáreas

También la Villa Mariano Moreno, donde hay 15 casas en menos de una hectárea y comenzaron a instalarse en el año 2010; y Villa Paloni, con 120 precarias viviendas que comenzaron a levantarse ese mismo año en un predio de 12 hectáreas. Ambas se encuentran a la vera de la Ruta 3 Sur.

Entre los asentamientos más numerosos se encuentran Villa Rosario, con 1.000 viviendas; el Bajo Rondeau, con 950; Villa Nocito, 800; Villa Miramar, 640; Stella Maris, 500; y Maldonado, 560. Esos barrios se encuentran en un proceso de regularización,ya que son ocupaciones que datan en su mayoría de 1960.

Semanas atrás “La Nueva.” dio a conocer que la gobernadora María Eugenia Vidal promulgó una ley para que los habitantes de los 32 asentamientos no puedan ser desalojados ni intimados por un año.

“Durante ese tiempo quedan suspendidas las medidas judiciales o administrativas que impliquen el desalojo de quienes habitan barrios inscriptos en el Registro Público de Villas y Asentamientos”, se explicó.

Como medida positiva se dijo que la Gobernación trabaja «en un proceso de integración socio-urbana de esos sectores, en la entrega de escrituras, la generación de servicios y el acceso a microcréditos.

“Un Techo para mi País”
El informe de Provincia difiere del presentado en 2013 por la ONG “Un Techo para mi País”, que aseguraba que en nuestra ciudad había 10.420 familias en villas.

“Alrededor de 45 mil bahienses viven en 29 asentamientos informales distribuidos en distintos puntos de la ciudad”, se decía hace 4 años.

Aquel relevamiento no contemplaba a las personas que habitan edificios tomados, conventillos, hoteles pensión o en situación de calle, entre otros, por lo que afirmaba que la cantidad de familias sin techo era mayor.

«En el 55% de todos los asentamientos irregulares en la Provincia su conexión a las redes de energía eléctrica es clandestina, el 95% de los hogares no cuenta con conexión a la red cloacal y apenas el 11% de los barrios cuenta con agua corriente de red pública en la mayoría de las viviendas”, se indicó.

También se reveló que en el 96% de los casos, las familias carecen de conexión a la red de gas natural, que el 62% carece del servicio de recolección de residuos o cuenta con un servicio que no llega a ser «normal y periódico» y alrededor del 73% tiene alumbrado público deficiente o directamente no tiene.

Repetidos intentos de usurpación
Días atrás, unas 50 familias intentaron ocupar una franja de tierra cercana al barrio 9 de Noviembre y se instalaron en el lugar levantando casas de chapa. El Municipio intervino a las pocas horas y utilizó maquinaria para desmantelar lo que hubiese sido un nuevo asentamiento.

Los usurpadores explicaron que pretendían pagar por esas tierras y aseguraron que tomaron la decisión por estar hacinados en las precarias viviendas que ocupan en las cercanías.

A ellos se suman otros repetidos intentos de ocupación de terrenos aledaños a Villa Miramar, donde en los últimos años, en repetidas oportunidades, el Municipio tuvo que intervenir para evitar la ocupación del predio que ocupa Bella Vista en Fortaleza Protectora Argentina y Charcas, y otro del Hogar del Peregrino.

En agosto vecinos del barrio Altos de la Bahía se reunieron con el intendente Héctor Gay para dar a conocer los problemas de inseguridad del sector y pedir soluciones al problema de las usurpaciones.

Aseguraron que la ocupación de terrenos se sigue repitiendo y, si bien en algunos casos la Municipalidad intervino, «existen asentamientos que se están consolidando».

Los mismos intentos se repitieron en los últimos tiempos en cercanías a Villa Talleres, el barrio 5 de Abril, Spurr e incluso en Villa Hipódromo, Villa Muñiz y el barrio Oasis.

En todos los casos los argumentos de quienes intentan apropiarse de algún lote es el hacinamiento y la imposibilidad de acceder a los mismos por las vías del mercado.

La comuna trabaja en regularización y un banco de tierras
El asesor municipal en tema de Tierras, Rodrigo Dulsan, aseguró que en el Registro Único de Postulantes a inmuebles existen 10.600 familias inscriptas. Agregó que desde la comuna se gestiona la adquisición de parcelas para su posterior desarrollo, así como se trabaja en la regularización de tierras.

“La decisión del Ejecutivo es muy clara: regularizar y legalizar las posesiones de los bahienses y trabajar en la generación de suelo municipal útil para afrontar la demanda existente”, dijo.

Dulsan consideró que la “histórica inexistencia de tierra municipal y la falta de decisión política derivaron en la conformación de numerosos asentamientos que en la actualidad se deben regularizar”.

También confirmó que se iniciaron gestiones ante distintos organismos provinciales y nacionales para obtener la transferencia de tierras, de las cuales algunas se encuentran ocupadas y otras libres.

La idea es crear el Patrimonio Inmobiliario Municipal, para el cual ya se logró la desafectación del Parque Campaña del Desierto, que estaba en manos del Ministerio de Agroindustria.

“Hay gestiones en marcha ante la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) para la entrega de terrenos”, afirmó.

También dijo que se encuentran avanzadas las tratativas con la Subsecretaría de Tierras para poner en vigencia la adhesión de Bahía a la Ley de Acceso Justo al Hábitat, propuesta aprobada por el Concejo Deliberante semanas atrás.

“A partir de eso se podrían generar numerosos lotes municipales por acuerdos con privados, propietarios de macizos en nuestro distrito”, agregó.

Además mencionó que el intendente Gay pretende que durante su gestión las familias puedan acceder a un título de propiedad que regularice la vivienda y dijo que desde diciembre de 2015 a la actualidad se entregaron 1.800 escrituras.

Datos sueltos
Números recientes, historia e intentos de lograr la usucapión
Según datos del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca Argentina (CREEBBA), en nuestra ciudad existen 132.000 viviendas construidas. Las cifras surgen de informes elaborados en el Censo 2010, la Municipalidad y el Indec.

Tomando en cuenta las 8.444 construidas según el Registro de Villas y Asentamientos, se concluye que al menos el 6,4% de las viviendas de nuestra ciudad son precarias.

La primera villa bahiense data de fines de los años 40 y se ubicó en el actual parque Boronat. Le decían Palihue Chico. En los 60 aparecieron Villa Miramar y, unos pocos años después, Villa Rosario.

En 1958 este diario informó sobre la aparición de un barrio similar, hoy dentro de los lugares definidos como asentamientos: se trataba del Bajo Rondeau. «Familias enteras viven en habitaciones levantadas en barro y paja, con techo de chapa y unas pocas aberturas cubiertas con arpillera deshilachada», se describía.

La cantidad de hectáreas que 40 particulares pretenden quedarse por medio de un proceso de usucapión, según el listado presentado por el Municipio en 2013, alcanza las 302 hectáreas, es decir, casi 100 hectáreas menos de las que ocupan las 8.444 familias relevadas en el listado de Provincia.

Un problema que llegó a la clase media
“Las personas de menores recursos son las principales afectadas por la imposibilidad de acceder a la tierra, aunque a partir de la puesta en marcha de los créditos hipotecarios del ProCreAr, en 2013, quedó en evidencia que el tema afecta a las clases medias y asalariados”, aseguró Martín Castro, vocal del Colegio de Arquitectos.

Para el profesional, el problema de acceso a la tierra bahiense se soluciona con gestión, decisión política e incentivando la movilidad de suelos privados y estatales.

“Se puede ver que hay grandes franjas de tierra en el ejido urbano, aunque algunas están retenidas por privados que especulan y otras son del Estado. En este último punto tenemos entendido que hay gestiones para acelerar el proceso de traspaso a la comuna: a partir de allí, si existe decisión, se podrían generar desarrollos”, dijo.

Castro recordó que quienes realizan usurpaciones afirman que pretenden pagar por la tierra y regularizar la situación de los servicios públicos, a los que actualmente se encuentran enganchados.

“Dar soluciones en ese sentido puede llevar mucho tiempo, porque en muchos casos los asentamientos están en tierras privadas y el Estado podría terminar con juicios en su contra”, dijo.

En cuanto al problema que afecta a personas de clase media o trabajadores, sostuvo que en general se da porque el acceso a créditos hipotecarios es para salarios muy altos.

“El problema no se resuelve entregando tierras en la periferia porque luego a esos barrios no llegan los servicios de transporte, no hay escuelas ni unidades sanitarias, lo que complica aún más al Municipio y a los vecinos, ya que se les encarece moverse”, dijo.

Añadió que la tierra bahiense está muy mal desarrollada y es de baja calidad. “Hoy se pagan terrenos en lugares lejanos, con calles sin asfalto ni servicios básicos en 20 o 30.000 dólares”, afirmó.

“El problema es que hubo una falta de exigencia de las autoridades en el pasado y la ciudad creció de manera desordenada. En todos los congresos de urbanismo se habla de ciudades compactas, pero Bahía es una ciudad dispersa”, agregó.

Consultado por el futuro de la ciudad en caso de que siga el crecimiento disperso, sostuvo que traería cada vez más problemas para abastecer de servicios básicos.

“El grado de dispersión haría que Bahía sea una ciudad insostenible”, afirmó.

Desde la oposición
La concejal Paola Ariente (Frente Para la Victoria), autora del proyecto de adhesión a la Ley de Hábitat, aseguró que existe una tensión permanente entre los sectores sociales y las diferentes realidades.

“En materia habitacional tenemos situaciones de extrema vulnerabilidad, con miles de familias viviendo en asentamientos y, por otro lado, situaciones de desaprovechamiento del suelo con un sistema de acumulación de territorio en pocas manos”, dijo.

Ariente consideró que esa concentración sin regulación estatal genera la escasez y la imposibilidad de acceso al suelo para muchos sectores de la sociedad.

“La adhesión a la Ley de Tierras nos da mecanismos e instrumentos apropiados para una eficaz integración sociourbana de villas y asentamientos precarios consolidados y establece las correspondientes competencias estaduales para actuar”, mencionó.

Para finalizar dijo que “Bahía tiene que poner el tema en el centro de la agenda política, porque de esa manera se puede generar más igualdad, más ampliación de derechos, y generar recursos e innovación”.

Sergio Prieta / sprieta@lanueva.com – La Nueva Provincia