Con Jorge Macri como anfitrión, Cambiemos reunió a todos sus jefes comunales de Buenos Aires. El consultor sinceró las encuestas y el Presidente planteó la polarización
Comenzó la cuenta regresiva para los comicios de medio término, en un distrito clave como el bonaerense. El presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal reunieron ayer a su tropa, 71 intendentes de Cambiemos en la provincia, para una bajada de línea pre-electoral. Para que no quedaran dudas del objetivo, el encuentro fue amenizado con una charla teórica del gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba.
Después del fugaz paso para saludar del Jefe de Estado, en el mitín realizado en el Vicente López de su primo Jorge Macri, en su exposición Durán Barba se deshizo en alabanzas para Vidal, a quien acompañó en una visita a Washington: «Comunica sinceridad, claridad, alegría, futuro. Es una líder maravillosa. Sin duda, con el equipo de PRO y María Eugenia, barríamos a (el presidente norteamericano Donald) Trump», la halagó, despertando el mayor aplauso.
Menos algarabía hubo cuando el consultor político presentó la radiografía de las encuestas que maneja. Afirmó Durán Barba que un 30% del electorado está con Cambiemos, mientras otro 30% estará en contra «aunque pavimentemos de oro la provincia». Claro está, ese porcentaje lo relacionó al kirchnerismo o al peronismo que nunca votaría una opción oficialista. El tantas veces repetido (casi ya en la categoría de leyenda) «núcleo duro» de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo estimó en un 16%: «Va a estar con ella aunque el mundo se caiga».
Y, por otro lado, estimó que el restante 40% está «en el medio» sin inclinarse aún para un lado o el otro de la balanza, pero que «ven que no viven mejor que que hace un año». «Todavía no cambió el país y la gente se da cuenta», admitió. En ese sentido, llamó al público de intendentes presentes a comunicar «más claramente los resultados del cambio que se votó en 2015» y los convocó a sumar apoyos todos los días desde sus municipios.
Ocurre que, sostuvo Durán Barba, la esperanza sigue siendo el principal sostén de la administración macrista: mientras un 38% de los bonaerenses ven mejor a la provincia, un 59% creen que en un año va a estar mejor.
Implícito quedó en el aire el mensaje que está enviando la Casa Rosada de polarizar con un kirchnerismo que, luego de las fugas al dejar el poder, volvió a unirse con el peronismo bonaerense, más por espanto que por amor. En ese juego, el Gobierno no disimula sus ganas de eclipsar al renovador Sergio Massa, misma estrategia (que rindió sus frutos) de las últimas presidenciales.
Más temprano, el propio Macri había decretado la dicotomía a instalar, entre el «pasado» (el kirchnerismo) y el «futuro». «Si damos la batalla por el cambio, la gente nos va a seguir acompañando. Lo peor que nos puede pasar es perder el apoyo de la gente porque no dimos la batalla del cambio que habíamos comprometido. Eso es lo que no nos van a perdonar»,sentenció. Después, anotó el otro foco de la batalla electoral que se viene: la gestión. Por lo que instó a los jefes comunales a trabajar para «reducir el déficit fiscal y transformarlo en superávit para la inversión». «Es un camino de mucha batalla, que no es lindo, porque aquellos que afectás te rodean la oficina y el municipio y te vuelven loco. Y los que te votaron están laburando porque tienen que llegar a fin de mes y no te pueden estar ayudando todos los días», agregó el mandatario.
Además de los intendentes de Cambiemos (incluyendo a los 42 radicales, los de PRO, vecinalistas y media docena de recientes incorporaciones llegadas del peronismo), de la símil charla TED participaron, entre otros, el Subsecretario de Asuntos Municipales del ministerio del Interior, Lucas Delfino. «Cada día trabajamos más coordinados con la provincia y los intendentes», destacó.
Como broche de oro del encuentro, el Macri anfitrión ofreció un almuerzo para sus colegas intendentes.
por SEBASTIÁN IÑURRIETA – CRONISTA