Tres sectores que trabajan en acuerdos políticos para renovar el gabinete local, con avances, recelos y desconfianzas cruzadas. Así se puede resumir la semana que pasó en el ámbito del oficialismo local. Las duras posiciones por la integración del gabinete local tuvieron un principio de conformidad entre el Intendente y las líneas del radicalismo y del PRO participantes de la mesa de diálogo.
Acordaron que el radicalismo conduciría la secretaría de Desarrollo Social, hasta ahora manejada por el garrista Rubén Casanovas, que sería reemplazado por el radical Raúl Cadáa; también la conducción de una secretaría de la Producción que, restándole competencias al actual área de Planeamiento y Desarrollo Económico, quedaría en manos del alfonsinista Carlos Priuru. El reemplazo de Alfredo Luchessi en Salud sería para el storanista German Nielsen. Del lado del PRO, el monzonismo representado por el senador Gabriel Monzó desembarcaría en el gabinete con el peronista Marcelo “Chuby” Leguizamón como secretario de Espacios Públicos.
Hasta aquí las patas de Cambiemos local y el Intendente fumaron la pipa de la paz. Pero la foto que sella ese acuerdo no está. Es que hasta ahora ninguno planchó sus trajes hasta tener bien en claro las misiones y competencias que tendrá cada secretaría a hacerse cargo. Y si los tironeos no ceden, los acuerdos celebrados “al 50%” podrían quedar en nada. Atraviesa esta puja la necesidad de Garro de que el desembarco de estos sectores sean funcionales a la gestión que viene pero también que le aporte la fortaleza política que hasta ahora no logró.
ACUERDO
En la Junta Central, el viernes se celebró este principio de acuerdo para que el radicalismo integre la gestión. Lo hicieron 22 de los integrantes del plenario, otros seis, de los sectores disidentes, faltaron plasmando así su disconformismo. En el monzonismo, en tanto, reina la prudencia hasta la próxima reunión, donde se lea con lupa la letra chica del decreto que lo incluya en la gestión local.
Es que si se retrotrae la cuestión a un año atrás, semeja un relanzamiento del gabinete que al asumir Garro no pudo instituir con los ex precandidatos radicales Sergio Panella y Claudio Pérez Irigoyen. Los términos primigenios de aquel ofrecimiento hicieron que el primero rechazara de plano el área de Desarrollo Social y cualquier otra designación; en el caso de Pérez Irigoyen, pocos meses después de haber sugerido la designación del peronista Alfredo Luchessi, se desvinculó totalmente de la secretaría de Salud. Ahora, el propio oficialismo del centenario partido admite que el jefe comunal se mostró “más abierto” en los términos del diálogo y la negociación.
En el sector de Monzó la minuciosidad de las competencias que quieren ver antes de dar el “ok” se vinculan con la exposición en el funcionamiento de la Ciudad que tiene el área y la que el Intendente buscará darle en la relación con el vecino que pretende aceitar de cara a las próximas legislativas.
De haber “paz y conformidad” por todas las partes, la apertura de Garro en el nuevo gabinete se hará formal la semana que entra. Será unos días antes de que se inicien las conversaciones por la elección de la autoridades del PRO La Plata, en su proceso de normalización y poco antes también de que la octava sección electoral presente oficialmente la mesa local de Cambiemos.
Por LAURA ROMOLI – El Día