Dicen que las pocas que había han desaparecido y proponen zonas clave en las que se podría construir corredores
Mientras es tendencia en otros lugares del mundo que el tramado urbano se acomode al andar de la bicicleta y se logra así disminuir el uso del auto y agilizar el tránsito vial, La Plata se ve muy lejos de adaptarse a las necesidades de los ciclistas. Aunque hubo numerosos intentos, nunca se llegó, por caso, a un sistema eficaz de bicisendas que proteja a los usuarios de ese medio de transporte del agitado tránsito. Hay otros factores, además, que atentan contra el pedaleo, como el mal estado de las calles (con baches, grietas y desniveles), la presencia permanente de perros callejeros que atacan las ruedas y la falta de espacios donde dejar el rodado a resguardo.
Amantes de la bicicleta hay de todo tipo. Están quienes le sacan el jugo como deporte, los que le atrae de la práctica la faceta recreativa y aquellos -miles en la Ciudad- que hacen de ese vehículo ecológico y de mantenimiento económico su modo cotidiano de viajar.
Los que usan la bici para paseo, hacer trámites o ir a trabajar o a estudiar se encuentran con decenas de trabas en las calles, pues están siempre en riesgo por no contar con una calzada exclusiva y en estado de guardia para no tropezar con un pozo o toparse con una calle empedrada que los frene definitivamente.
¿DONDE DEJARLA?
María Laura Giuliani es fan de la bici. Integrante del grupo de cicloturismo “Se nos salió la cadena”, para despuntar el gusto por el pedaleo, todos los domingos sale por las afueras de la Ciudad con sus compañeros de ruta. Lo hace ya, a esta altura, como una ciclista con larga experiencia. Tan incorporado a su vida está el rodado que aprovecha la tranquilidad de las mañana en su barrio para hacer los mandados en bicicleta. A ella le encantaría poder recorrer los 15 kilómetros que separan su casa del centro platense para, por caso, cumplir con algún trámite. “No tendría ningún problema en ir y volver pedaleando, porque además creo que haría el trayecto más rápido que en auto, pero, ¿dónde la dejo para que no me la roben? Ni ahí me animo a que quede enganchada afuera de donde tenga que entrar”, planteó la vecina de Villa Elisa.
Giuliani, junto a integrantes de su grupo y de otras asociaciones vinculadas al uso de la bicicleta impulsó una movida el año pasado para que La Plata se convierta en una “ciudad amigable” con el uso de la bicicleta. “Hicimos una petición de bicisendas en la Municipalidad, nos reunimos con funcionarios una vez y después no nos llamaron más”, contó, sin disimular la decepción, la ciclista.
Daniel Zucarelli, magister en Seguridad Vial, opinó que las políticas en las ciudades deberían tender a priorizar a la bici y al peatón por sobre los autos. “En La Plata, en cambio, se achicaron las ramblas, por ejemplo, pero para favorecer el uso de los automotores y lo poco que había de bicisenda se fue eliminando”.
Por falta de espacio en las calzadas, el especialista, a esta altura, ve difícil la posibilidad de creación de bicisendas que abarquen, por caso, todo el microcentro de la Ciudad. “Habría que hacerlas parcializadas -sugirió Zucarelli -, por ejemplo de Los Hornos a 7 y 50 o d, City Bell y otras localidades al centro , que sean trayectos de ingreso y egreso al casco urbano desde barrios alejados. De otro modo habría que sacrificar espacio en las calles y eso ya no es posible”.
En ese sentido, Fernando Mercerat, un ciclista que participa en competencias, integra el grupo La Loma y tiene, además, una bici para el uso urbano, puntualizó el caso de la avenida 137. “Camino a Correas, por ejemplo, sería muy sencillo hacer una bicisenda. En la 137 hay espacio municipal suficiente a los costados para construirla y no es necesario que sea de asfalto, podría ser de calcáreo. Pero aunque casi no implicaría costos, igual es una obra que no se encara”, indicó el vecino.
– El Día