Casilda aumentó la tasa municipal el 33 por ciento en medio de una fuerte polémica

Los más críticos al incremento fueron los concejales justicialistas Andrés Golosetti y Antonia Pierucci, quienes calificaron la medida como «un despropósito».

El controvertido aumento de la Tasa General del Inmueble (TGI) impulsado por el Ejecutivo municipal de Casilda finalmente fue aprobado por el Concejo gracias al bloque oficialista que hizo valer su mayoría con cuatro votos a favor contra dos en contra y una abstención por parte de la oposición.

   Si bien la postura que primó responde a la propuesta elevada al cuerpo legislativo por el intendente Juan José Sararasola, esta sufrió una modificación con la intención de sumar, sin éxito, el acompañamiento de los ediles opositores.

   Del 38% previsto, la suba quedó fijada en el 33% que los ediles del partido gobernante del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) trazaron, acuerdo mediante con el Ejecutivo, como techo para intentar llegar a un consenso que no lograron con sus pares del peronismo y el Frente Renovador (FR).

   Los más críticos al incremento fueron los concejales justicialistas Andrés Golosetti y Antonia Pierucci, quienes calificaron la medida como «un despropósito». En tal sentido la edila disparó que lo dispuesto no se compadece con el nivel «deficitario» de los servicios públicos que presta el municipio.

   »La gente —aseguró Pierrucci— se queja por la falta de iluminación, así como de mantenimiento de las calles y por los yuyos altos en diferentes sectores, entre otras falencias». Y a esa línea agregó como fundamento de su negativa que «esta suba de la TGI sumada a la fijada por la actual gestión al inicio de 2016 implica un 85% de incremento que impacta sobre el bolsillo de los casildenses, lo que está por encima de los índices de inflación del último año».

   Similar opinión manifestó Golosetti que cuestionó al gobierno local por «haber incrementado sustancialmente los gastos de la planta política en vez de priorizar necesidades».

   En tanto que el concejal del FR , Pedro Sanitá, consideró «excesivo» el aumento y al no encontrar eco su propuesta alternativa de subir la tasa un 20% optó por abstenerse a la hora de votarse y resultar aprobada por mayoría el proyecto oficial.

   Las férreas posturas de Golosetti y Pierucci contra la suba de la tasa municipal fueron cuestionadas y hasta generó malestar entre los concejales del oficialismo. «Se negaron sistemáticamente a analizar el pedido de aumento y tampoco tuvieron voluntad de discutir la baja que introdujimos a la propuesta inicial ni sugerir un porcentaje alternativo como al menos hizo Sanitá», dijo el radical, Pablo Zanetti. Y en ese contexto dijo sentirse «dolido y engañado en su buena fe porque cuando nosotros (por el FPCyS) éramos oposición y gobernaba el justicialismo siempre tratamos las subas de las tasas sin ningún tipo de especulación política».

   Su par del mismo partido, Mauricio Plancich, puso aún más voltaje a la polémica al asegurar que «con esta actitud intentan poner palos en la rueda en vez de actuar responsablemente y entender que la actualización del costo de la tasa es necesaria para que el Ejecutivo afronte el incremento de los insumos para prestar los servicios así como las paritarias salariales que se vienen y el canon que se paga a la firma Sapem para la recolección de los residuos domiciliarios, entre otras obligaciones».

   Una postura similar asumieron los otros dos concejales del FPCyS, la socialista Lorena Casatti y el demoprogresista Hugo Racca, al considerar que la suba dispuesta es «razonable».

por Gustavo Orellano –