La disputa por el espacio público, de nuevo en debate

Manteros locales y dueños de comercios vuelven a discutir sobre sus espacios de venta, tras el desalojo de los ambulantes del barrio porteño de Once.

Manteros que trabajan en las peatonales salteñas.

El desalojo de los MANTEROS del barrio porteño de Once reabrió el debate sobre el COMERCIO ILEGAL en la vía pública, que en Salta es una problemática que lleva décadas sin resolverse. Competencia desleal, mercadería sin control de procedencia, cadenas de comercialización ilegales y la subsistencia de cientos de familias. Son algunas de las premisas que se volvieron a poner en el tapete, de una discusión que no brinda muchas salidas en un país que atraviesa una recesión económica y una profunda degradación de su entramado social.
En el programa «Buscando señales», de Radio Salta, ayer se consultó a referentes de los sectores que intervienen en el conflicto.
Hubo una sola coincidencia por el lado de los ambulantes y de los propietarios de locales: ambos quieren que se regule la actividad informal, aunque por caminos distintos.
«Esperamos que las autoridades saquen normativas que nos protejan y nos den un lugar donde podamos trabajar tranquilamente», sostuvo en el ciclo radial Jorge Pampero, referente local del Sindicato de Vendedores Ambulantes.
Por su parte, el secretario comercial de la Cámara de Comercio, Jorge Vian, afirmó: «No hay animosidad hacia los manteros, se tienen que habilitar lugares donde puedan comercializar».
A pesar de que los criterios son similares, el dilema surge sobre el espacio que deben ocupar los comerciantes callejeros. Otro punto sin resolver es el origen de los productos que se venden en la vía pública.
El director de Rentas de la Provincia, Facundo Furió, reconoció que en Salta existen organizaciones ilegales que forman cadenas de comercialización desde el contrabando.
«Tienen un mecanismo que está muy aceitado. Al ingreso de mercadería de contrabando lo vemos todos», admitió el funcionario.
Gustavo Ibarra, comerciante de la peatonal Alberdi y administrador de una de las galerías céntricas, fue más preciso sobre esa anomia.
«La cadena de revendedores de productos chinos no se soluciona con el mantero, sino con los cuatro proveedores, quienes, de hecho, de lo que conocemos, son de distribuidoras establecidas con cuit (código único de identificación tributaria) y dirección comercial», especificó el empresario

Pablo Ferrer – El Tribuno de Salta