Lo reconoció un viceministro de Macri luego de sumar a Torchio, de Carlos Casares. Fuerte preocupación en el PJ por las fugas.
En agosto de 2016 María Eugenia Vidal sumó al intendente peronista de San Miguel, Joaquín De la Torre, al Gabinete. Hoy es su ministro de Gobierno.
Cambiemos, que apareció como una ola amarilla que en las elecciones de octubre de 2015 pintó 65 de los 135 municipios de la Provincia de Buenos Aires, un año después se convirtió en una amenaza aún mayor para el peronismo de ese territorio, el más preciado en las urnas.
En las últimas horas el gobierno de María Eugenia Vidal sumó a Walter Torchio, de Carlos Casares, otro intendente que había renovado su cargo por el Frente Para la Victoria (FPV), y ahora son 71 los distritos del oficialismo. El peligro para el PJ radica en que podrían pegar el salto más jefes comunales, como destacó hoy Sebastián García de Luca, secretario de Interior de la Nación, que hace las veces de viceministro de Rogelio Frigerio: «Macri tendrá muchos más intendentes más cerca cuando se aproximen las elecciones legislativas».
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Macri tendrá muchos más intendentes más cerca cuando se aproximen las elecciones legislativas»
Sebastián García de Luca, secretario de Interior de la Nación.
Si bien en el peronismo bonaerense lo toman como una chicana, en el último congreso partidario quedó claro que la alarma está encendida: buscaron cerrar filas y mostrarse unidos para que no continúe la fuga de alcaldes.
«No es una cuestión electoral, sino que los parámetros de gestión de María Eugenia Vidal y de Macri son claras como para empezar a ver que tienen más coincidencias, y que dentro de su sector no encuentran un lugar donde poder discutir políticas», agregó García de Luca en declaraciones a Radio Mitre.
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A diferencia del Gobierno nacional, donde discuten la incorporación de peronistas a la alianza Cambiemos, en la Provincia parece primar el pragmatismo.
El jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, y Joaquín De la Torre, uno de los primeros intendentes peronistas en romper (dejó su San Miguel massista para ejercer ahora como ministro de Gobierno provincial), seducen a los intendentes para que se sumen a Cambiemos. Así fue que ahora llegó Torchio, de la poderosa Cuarta Sección Electoral bonaerense, de donde son Florencio Randazzo y Julián Domínguez, hoy aparentemente juntos en el rearmado del peronismo.
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A lo largo de 2016 Vidal ya había incorporado a Ismael Passaglia (San Nicolás), Hernán Bertellys (Azul), Carlos Berterret (Coronel Pringles) y Adrián Sánchez (Exaltación de la Cruz). Y en diciembre le dio un duro golpe al PJ bonaerense con la bienvenida a Francisco Echarren, el joven de 36 años que asumió en Castelli en 2011 y renovó en 2015. Asumió en su Gabinete como subsecretario de Tierras, Urbanismo y Vivienda.
Tan sólo una semana después, en un acto por la visita del ex presidente de Uruguay, José «Pepe» Mujica, a Merlo, la encargada de hablar con Echarren después del salto al oficialismo fue Verónica Magario, intendenta de La Matanza. Tuvieron una larga charla en la Quinta La Colonial en la que quedó claro que pese a la fuga, el diálogo se mantiene.
La preocupación por el pase de intendentes escaló alto en la cumbre del PJ bonaerense el 29 de diciembre. Hasta el congreso partidario desarrollado en el Polideportivo Alberto Balestrini, de Lomas del Mirador, llegaron los cuatro grupos. El Esmeralda con Gabriel Katopodis (San Martín), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Mariano Cascallares (Almirante Brown) al frente. El Fénix liderado por el titular del PJ provincial y ex intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y en el que también aparecen Magario, Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Ricardo Curutchet (Marcos Paz) y Ariel Sujarchuk (Escobar). Además, dieron el presente los jefes comunales del Grupo Patria, con Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Juan Patricio Mussi (Berazategui) a la cabeza, y los del Grupo Establo, como llaman a los peronistas del interior bonaerense.
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No sólo agregaron apoderados para que cada sector tenga su lapicera en caso de internas, sino que acordaron mostrarse unidos. Todos gestos tras un mismo objetivo: frenar la sangría.
Más allá que desde el Esmeralda empiezan a recorrer la Provincia con el objetivo de sumar 30 de los 52 intendentes peronistas para convencer al ex ministro Florencio Randazzo de ser candidato, en el Fénix se limitan a decir que todavía no hay candidatos. También esperan por la decisión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Lo cierto es que pasaron pocos días de 2017 y cuando aún no comenzaron los preparativos para la cumbre peronista de Santa Teresita en febrero, el PJ bonaerense sufrió otra fuga. Y Vidal, que no baja en las encuestas, ya pintó 71 distritos de amarillo
Pedro Gianello – Clarin.com