Mandar mensajes de texto mientras se maneja costará mucho más caro que la tarifa que ofrecen las compañías telefónicas.
El Concejo Municipal aprobó ayer un proyecto del edil justicialista Arturo Gandolla en el que se introducen duras penas para automovilistas adictos al SMS. Ahora, no sólo seguirán las multas para quienes hablan por celular sino que la utilización de este sistema será pasible de sanciones entre 200 y 970 pesos, además de inhabilitación hasta seis meses para los casos de reincidencia.
Apenas se enteró de lo sancionado en el Palacio Vasallo, el subdirector de Tránsito, Aldo Fabucci, vio la medida “de muy difícil aplicación, porque cualquier conductor puede argumentar que estaba poniendo los cambios o el freno de mano para evitar una sanción” y les sugirió a los concejales “pensarlo un poquito más y no poner a un inspector en una esquina que mire e imponga su propio criterio”.
Las infracciones por uso indebido de equipos de comunicación manuales (celulares y handys, entre otros) ascienden a unas 1.500 al mes que los 16 jueces de Faltas reciben en sus despachos por parte de conductores desaprensivos. “Las infracciones por hablar por celular no figuran como las más importantes. Primero en el ránking está el mal estacionamiento, luego le siguen el exceso de velocidad, doble fila, falta de cinturón de seguridad, multas por celular y la alcoholemia positiva”, indicó el director del Juzgado, Gustavo Luzzini.
Para Gandolla, la flamante ordenanza “cubre un vacío legal que se generó por el uso masivo de los SMS por teléfono celular, siendo más rigurosos con una práctica donde se desvía la vista al conducir. Y regirá para todos los vehículos, porque en la práctica se ha corroborado que hasta los motoqueros usan los llamados mensajitos”.
Pedagogía. Gandolla apoyó su reglamentación para el control en la vía pública. “Sé que es difícil ponerla en práctica pero la idea es que se empiece a sancionar para que termine cumpliendo un efecto pedagógico en el resto de la población”.
En tanto, Fabucci se sinceró al dar algunos ejemplos de cómo zafar de una infracción de esta naturaleza. “Alguien puede estar mandando un mensajito a la altura de la rodilla y luego argumentar que estaba poniendo los cambios del auto. En la actualidad, hay conductores que tienen celulares con manos líbres y desde afuera del vehículo no se sabe si ellos están hablando o cantando. Es difícil aplicar la normativa. El Concejo tendría que haber pensado un poquito más lo que aprobó, buscar alternativas desde la tecnología y no descargar toda la responsabilidad sobre un inspector de tránsito”, se explayó el subdirector de la repartición.
– LA CAPITAL