Nunca pasó y es posible que por varias décadas no vuelva a pasar en Río Tercero: por primera vez, esta ciudad elegirá el domingo a convencionales municipales, cuya función será redactar la Carta Orgánica, una especie de «Constitución local». Desde ese punto de vista será una elección diferente a todas.
Aunque la atención parece concentrarse más en la puja electoral por ver quién será intendente en los próximos años, la Carta Orgánica que se redacte regulará el modo de funcionamiento del municipio local y la relación con sus habitantes durante varias décadas.
¿Qué dirá la Carta Orgánica de Río Tercero? Dependerá de lo que resuelvan los 20 convencionales que sean electos, según los votos que obtenga cada partido. En general, y como todas, se parecerá a las que ya rigen en otras ciudades, aunque podrá tener sus propios matices e innovaciones.
Reelecciones y mandatos. Una cosa es segura: en Río Tercero se acabará la posibilidad de las reelecciones indefinidas de las autoridades municipales. Ninguna de las ocho listas propone sostener el actual sistema. Sólo falta saber si en la Convención se impondrá la idea de permitir una sola reelección de intendente y concejales (como propone la UCR, País o Vecinalismo Independiente) o directamente ninguna (como sugieren el PJ o el ARI, por caso). También se discutirá cuánto durará un gobierno municipal: si cuatro años como ahora pero con una sola reelección (así lo plantean la UCR y País, por ejemplo), o cuatro años sin ninguna reelección (como sugiere el PJ) o cinco años sin reelección (lo postula el ARI), o tres años con una reelección (como propone Vecinalismo Independiente).
También se definirán los plazos en que se podrá convocar a elecciones, para evitar los adelantamientos abusivos que, por ejemplo, se repitieron en la última década en Río Tercero.
Los convencionales discutirán además si los concejales seguirán siendo 10, como ahora (eso proponen la UCR y el PJ), o aumentarlos a 11 (País) o a 13 (Vecinalismo Independiente), por ejemplo, o si deben seguir siendo tres los miembros del Tribunal de Cuentas, o cuatro (como pide el socialismo) o cinco (como plantea Vecinalismo Independiente), para que ingresen otras minorías a ese cuerpo de control.
Deberá decidirse, además, si se varía el modo de elección de concejales: la mayoría propone el actual sistema de ciudad como distrito único pero el PJ sugiere un concejal por distrito, dividiendo a la ciudad en seis. También si se incluye o no el «voto de preferencia», por el que los vecinos pueden tachar a un candidato que no quieran de una lista: esa idea tiende a evitar la «lista sábana», pero donde existe esa posibilidad la gente no la usa hasta ahora (por ejemplo en Córdoba capital o Almafuerte).
Controlar mejor. En materia de control, los convencionales podrán definir mejor las funciones del Tribunal de Cuentas. Algunos partidos (como el PJ, el socialismo y el ARI) propondrán que se sumen auditorías externas obligatorias e independientes para revisar los gastos y contratos municipales.
Varios (como el ARI, País y Vecinalismo Independiente) pedirán que se incorpore además el cargo de Defensor del Pueblo municipal.
En tanto, en las propuestas del socialismo, de País y de la UCR figura por ejemplo que el municipio sostenga una oficina que defienda los derechos de los usuarios y consumidores.
La Carta Orgánica seguramente allanará también con normas específicas el camino de los ciudadanos para acceder a la información pública municipal: casi todos los partidos lo incluyen, con diferentes modalidades. El ARI, por caso, propondrá que se publique además un boletín oficial municipal diario por Internet, con todos los decretos, contratos y gastos que haga el municipio.
También casi todas las fuerzas coinciden en precisar mejor los mecanismos para aplicar la democracia directa a nivel municipal, como la consulta popular, el referéndum y el proceso de revocatoria de funcionarios.
Algunas ideas a debatir. Los convencionales debatirán además varias propuestas que llevarán los diferentes partidos. Por citar sólo algunos ejemplos, la UCR planteará un capítulo dedicado al medio ambiente, para exigir hacia el futuro estudios de impacto ante cada radicación industrial o que sea obligatoria la enseñanza de temas ambientales en las escuelas de la ciudad. El socialismo pedirá agregar que el municipio esté obligado a publicar un “reporte ambiental” con las mediciones que se hagan periódicamente.
La lista de Vecinalismo Independiente sugerirá reglamentar el “recurso de queja”, para que todo reclamo presentado al municipio por escrito sea contestado en un plazo de 10 días, y caso contrario sea considerada falta grave del funcionario incumplidor.
El ARI planteará la necesidad de crear el Ente Regulador de Servicios Públicos, para controlar todas las prestaciones.
El justicialismo propondrá que algunas políticas de Estado a largo plazo que sean consensuadas figuren en la Carta Orgánica para obligar a todos los gobiernos a continuarlas (por ejemplo, en materia de planificación urbana o de obras públicas prioritarias).
El Movimiento de Unidad Popular hará hincapié en exigir que sea obligatorio para todos los gobiernos municipales hacer “presupuestos participativos”, en los que sean los vecinos los que fijen las prioridades para asignar partidas.
Y la Unión Vecinal Córdoba sostendrá la idea de destinar un aporte municipal fijo presupuestario a los centros vecinales.
El socialismo sugerirá, en tanto, que se establezca que los funcionarios deberán responder con su patrimonio propio cuando la Justicia falle contra el municipio por decisiones que derivaron de su mal desempeño. También propone crear un Consejo Consultivo, entre instituciones y partidos.
Entre todas las propuestas, varias de ellas coincidentes o similares y otras que egresarán seguros debates, las distintas fuerzas que queden representadas en la Convención dejarán redactada esa “Carta Magna” local.
En cada artículo o capítulo puede que se generen diferentes alianzas a la hora de votar, en un marco que necesariamente será de negociación permanente en busca de consensos, aunque es obvio que los partidos que logren más representantes tendrán más chances de imponer sus criterios.
– La Voz