Ya aparecen en la ciudad los primeros aprontes para empezar a debatir cómo será la Carta Orgánica Municipal que se redactaría el año próximo.
Si no aparecen nuevas sorpresas políticas, es muy probable que en 2007, de las 37 ciudades que hay en Córdoba, Río Tercero pase a ser la número 19 con Carta Orgánica propia, una especie de “Constitución local”. La autorización para llamar a elecciones de convencionales municipales ya fue aprobada por el Concejo Deliberante local y resta que el Ejecutivo confirme su anuncio de que esa elección se hará junto a la de intendente.
El riesgo en Río Tercero es que como la convocatoria se dio en el marco de una evidente intención política del gobierno municipal de disfrazar con la mezcla su casi segura apuesta a adelantar los comicios para intendente (para abril o mayo, probablemente), los tiempos de debate previo sean acotados, más aún con el verano de por medio.
En ese marco, y a pesar de ese contexto, la ciudad –y sus sectores políticos que participarán de la elección– tienen la oportunidad aún de lograr una norma que sea un aporte a mejorar la vida política e institucional de Río Tercero hacia las próximas décadas.
Los convencionales que redactarán la Carta deberán ser 20 (el doble de concejales), elegidos en forma proporcional a los votos de cada partido, sesionarán durante tres meses y no cobrarán remuneración por su tarea.
Anticipos. Desde el gobierno municipal radical se ha anticipado que convocarán a los partidos políticos a debatir, antes de esas elecciones, algunos puntos centrales de la Carta orgánica, con la idea de alcanzar “un núcleo de coincidencias básicas”. La idea fue en principio aceptada ya por los principales partidos de oposición (el peronismo y el Movimiento de Integración Vecinal) y se sumarían las demás fuerzas.
El intendente Luis Brouwer de Koning dijo a este diario que antes de cerrar el año se haría un primer encuentro. Para ello, ya designó al abogado Alberto Vilariño como coordinador por el municipio. Vilariño fue asesor legal del municipio hasta meses atrás, es especialista en derecho administrativo municipal y casi seguramente será el primero en la lista de candidatos a convencionales por la UCR.
En la UCR gobernante no tienen un anteproyecto ya definido, pero algunos de los suyos ya empezaron a leer las cartas orgánicas de otras ciudades.
Desde el Partido Justicialista, su presidente Abel Domínguez, adelantó su predisposición a reunirse con los demás partidos antes de las elecciones para trazar las líneas básicas comunes. “Es más, nosotros se lo propusimos al intendente”, dijo ayer a este diario. Domínguez señaló que el partido que conduce “es el único que ya tiene un anteproyecto elaborado”: sobre la base de la Carta Orgánica que rige en Río Cuarto, sumaron consultas a profesionales locales y armaron un texto. Entre las novedades que presentaría esa propuesta figura que desde 2011 los intendentes no puedan ser reelectos ni siquiera una vez y la creación de una “sindicatura externa” para sumar control sobre los gastos y contrataciones municipales, sin reemplazar al Tribunal de Cuentas.
Sin embargo, se sabe que el peronismo de Río Tercero está virtualmente fracturado. Desde el sector delasotista–schiarettista, por ejemplo, se ofrecería al abogado Armando Astesano (que fue convencional constituyente en Córdoba en los ´90 y formó parte del staff de la gestión municipal de Carlos Rojo luego) coordinar su proyecto de Carta Orgánica. Según se conoció, Astesano ya mantuvo contactos informales con Brouwer de Koning por el tema y tiene en carpeta varias ideas para el debate previo.
Una gran duda política, sin respuesta aún, es si en las elecciones de 2005 (para intendente y para convencionales), el peronismo riotercerense tendrá una o dos listas.
En esa elección, cada partido llevará una boleta partida en tres: un tramo para intendente y concejales, otro para el Tribunal de Cuentas y uno más para convencionales.
Una chance. Si entre las principales fuerzas políticas locales se llega a un acuerdo base sobre algunos puntos centrales de la futura Carta Orgánica antes de las elecciones, podría darse la posibilidad de que su contenido no quede tan condicionado a la mera lucha electoral y a los intereses partidarios, y además que no sea sólo el reflejo del partido que gane la elección y tenga mayoría en la Convención.
Implicaría, a pesar del contexto electoralista en el que surgió la convocatoria, un signo de madurez política y una chance de tener una Carta Orgánica que le sirva realmente a la ciudad por varias décadas.
La duda es si en medio del verano y las vacaciones, los sectores políticos se darán tiempo para eso, antes que se apuren los tiempos en que la competencia electoral por los cargos municipales tiñan todo de intereses estrictamente partidarios.
Fernando Colautti – La Voz del Interior