Consideran que son “totalmente abusivas” ya que los impuestos sólo pueden ser percibidos por la Nación y las provincias. Aducen que los municipios las cobran “sin prestar ningún servicio de control violentando lo que dispone el Código Alimentario Nacional”.
El presidente de la Cámara Argentina de Autoservicios Mayoristas (CADAM), Alberto Guida, reiteró en las últimas horas su reclamo al gobierno bonaerense, para que promueva la eliminación de las tasas municipales de abasto y el impuesto de emergencia, gravámenes que los empresarios consideran «discriminatorios» para la actividad comercial.
Durante su disertación en el Trigésimo Octavo Congreso Nacional de Distribuidores Mayoristas de Productos de Consumo Masivo, Conal 2006, en el Sheraton Pilar, el dirigente empresario recordó que hay «continuos estudios, reuniones intercámaras y causas judiciales que avalan nuestro reclamo”, pero el gobierno mantiene los tributos de control de mercadería para mantener la recaudación.
Guida subrayó que estas tasas son “totalmente abusivas” de parte de las comunas, por lo cual han reclamado en reiteradas oportunidades su eliminación, tanto en reuniones con la ministra de Producción, Débora Giorgi, como en esporádicos encuentros con el mandatario Felipe Solá.
«Pretendemos que nuestra actividad mayorista se desenvuelva en una dinámica competitiva permanente, pero siempre bajo un trato de igualdad comercial», agregó Guida.
Al respecto, indicó que «los impuestos sólo pueden ser percibidos por la Nación y las provincias, y las municipalidades están vedadas por ley”, no obstante lo cual la mayoría de ellas les exigen a los comercios y empresarios tributos por controles bromatológicos o a veces por sólo ingreso.
«Esas tasas son cobradas a menudo por el solo hecho de ingresar en el municipio sin prestar ningún servicio de control violentando lo que dispone el Código Alimentario Nacional, junto con el Senasa y los organismos provinciales complementarios, que son los que responden realmente por la sanidad y calidad de los alimentos», puntualizó Guida.
En se contexto, el titular de la CADAM sugirió la necesidad de que el gobierno provincial también suspenda el impuesto de emergencia, equivalente a un 30 por ciento de las alícuotas previstas para la comercialización de bienes, y del cual ya fueron eximidos otros rubros pero no gran parte de los mayoristas.
Como la situación de emergencia finalizó y además el gravamen fue eliminado para la mayoría de los rubros, la continuidad del mismo para el sector «genera distorsiones y significa un incremento en el impuesto sobre los Ingresos Brutos», indicó.
Al respecto, recordó que después de la salida de la Convertibilidad «se dispuso el incremento de 30 por ciento de las alícuotas previstas para la comercialización de bienes, para los contribuyentes cuyo monto de impuesto total para el periodo fiscal 2000 resultara superior a los 200.000 pesos para los anticipos con vencimientos a partir de agosto de 2001».
«A partir de enero de 2003, el incremento se dejó sin efecto para los hipermercados y supermercados, y a partir de enero de 2005 también se deja si efecto para las droguerías», explicó Guilda, para concluir que «hoy el incremento de 30 por ciento sólo rige para la actividad mayorista de alimentos, productos de perfumería y limpieza, favoreciendo nuevamente a supermercados e hipermercados, generando así un tratamiento discriminatorio».
– Ecobires