Entre el escándalo del correo argentino y las jubilaciones, más la falta de señales económicas alentadoras, llegó a perder 7 puntos. Pero su base de votantes sigue firme y se mantiene la paridad con Cristina en la Provincia.
Febrero resultó un mes fatídico para el Gobierno. Pero no por la ola de calor con la que se despide, sino por la acumulación de problemas que lo golpearon donde más duele: en la imagen pública. Así lo muestran las primeras encuestas que se fueron cerrando en la última semana, donde se ve una merma de hasta siete puntos. Sin embargo, diversos analistas coinciden en que, por ahora, el golpe no afecta al plano electoral, ya que no quebró al núcleo de votantes que siguen apoyando al gobierno de Mauricio Macri.
La polémica por la negociación por el Correo Argentino con la familia Macri está en el centro del debate, pero para los especialistas consultados no es el único condimento. “Fue una excusa”, dice Federico Aurelio, de Aresco. Sus números muestran una caída de siete puntos entre enero y febrero. Así, la imagen negativa de la gestión supera por 18 puntos a la positiva. “La gente venía tolerando un difícil presente por la expectativa a futuro. Pero ahora cambió que cuando el que maneja el colectivo choca, y te dice que va a seguir chocando, te empieza a generar dudas”, analiza.
El problema es que la economía todavía no muestra la recuperación esperada. Y encima se suman los anuncios de más aumentos tarifarios.
Ricardo Rouvier describe que “meses atrás, en los estudios cualitativos, aparecía sólo la cuestión económica como un tema, pero no el de la eficacia de la gestión. Hoy ya aparecen las dos cosas”. La encuesta de su estudio, que se difundió esta semana, le da que la imagen de Macri cayó más de 4 puntos, de 53,3% a 48,9%, entre diciembre y febrero. En su caso, hay paridad con la imagen negativa.
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¿Sin impacto electoral? “La pregunta más atractiva es si afecta a sus votantes, porque los demás ya sabés que lo van a criticar. La clave está en hasta dónde se dobla sin romperse”. Así lo analiza Luis Costa, de la consultora Quiddity. No tiene todavía números actualizados, pero asevera que “el Gobierno siempre toma sus decisiones según lo que pasa con sus votantes”.
Tanto Aurelio como Rouvier aseguran que la baja en la imagen no tuvo su correlato en intención de voto. El panorama, por lo menos en la provincia de Buenos Aires, no cambió. Cristina Kirchner sigue siendo la dirigente con mejor intención de voto. Pero cuando se mide por partido, Cambiemos y el Frente para la Victoria están empatados, alrededor del 30%. En esa lógica, el Frente Renovador de Sergio Massa queda más relegado.
“Una parte del voto de Cambiemos es núcleo duro, pero otros lo eligen porque no ven otra opción, no hay nadie que esté capitalizando”, dice Aurelio.
Carlos Fara, por su parte, ve un caída de las expectativas. “Me parece que es una sumatoria de cosas, la situación económica no termina de mejorar y esta sumatoria de problemas de los últimos 45 días, de ir para adelante e ir para atrás, desluce el liderazgo”, afirma. El también pone en duda que la caída en la imagen repercuta: “Ojo con pensar que un desgaste coyuntural puede convertirse en una cuestión permanente”. “Si no volvés a tener problemas de este tipo en el resto del año y la economía mejora, esto pasará como una situación más coyuntural. Si hay una persistencia en este tipo de contradicciones, está claro que se va a convertir en un tema de campaña”.
Gabriel Ziblat – perfil.com