A 38 días de la entrada en actividad del gasoducto Néstor Kirchner (GNK), crece el entusiasmo oficial en las posibilidades económicas transformadoras de esta obra. Al gas que será transportado por el GNK se le dan los más variados destinos: abastecer a los hogares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), a las industrias de Bahía Blanca, el AMBA y el cordón industrial de Rosario (80 kilómetros desde Villa Constitución hasta Oliveros); también la demanda de Brasil, la de una futura planta de licuefacción de gas, y la que provenga de las provincias de la Mesopotamia a través del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA). También debería suplir las necesidades de las centrales que usan combustibles líquidos (gasoil y fueloil) para mover sus turbinas y generar electricidad ubicadas en las provincias de La Pampa y Buenos Aires.

El caño de 36 pulgadas transportará, según la información oficial, 11 millones de metros cúbicos a partir de junio. En 2024 pasará a 22 millones y desde 2025, a 39 millones de metros cúbicos diarios, una enormidad pero que no podrá satisfacer todos esos requerimientos. Serán necesarios más gasoductos troncales provenientes de Vaca Muerta para lograrlo.

Algunos números

El cálculo es este: la actual producción nacional es de unos 100 millones de metros cúbicos diarios de gas natural. La demanda reunida de los hogares, el GNC vehicular, la industria y las centrales eléctricas es de 110 millones de metros cúbicos diarios en enero y febrero. Pero en los meses de invierno salta a 180 millones de metros cúbicos. Esos 70 millones de metros cúbicos diarios extras son producto del crecimiento de la demanda hogareña para calefacción.

Si a la producción actual se le agregan los 39 millones que transportará el nuevo gasoducto, la oferta de gas local estará en torno de los 140 millones de metros cúbicos diarios de gas, con lo cual quedará un excedente en el verano, pero seguirá el faltante en invierno, de unos 30 millones de metros cúbicos. Es decir, no habría autoabastecimiento pero se estaría cerca de ese objetivo.

Promesas

Sin embargo, para la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royon, el autoabastecimiento está mucho más cerca. En varias entrevistas radiales que dio ayer señaló que podría lograrse el año que viene. “Se estima que este año el gasoducto generará un ahorro de aproximadamente 1700 millones de dólares. La reducción de costos se debe principalmente al gas proveniente de Vaca Muerta, que es seis veces más barato que el GNL importado. Aunque en el presente año se continúa importando parte del GNL debido a la operatividad del gasoducto, se espera que el impacto total en el autoabastecimiento se observe plenamente el próximo año”, observó.

Además, indicó que “el gasoducto ha sido completado en tiempo récord, lo que representa una gran noticia para la industria y el sector energético en general. Además, la construcción de esta infraestructura ha generado aproximadamente 50.000 puestos de trabajo”.

La funcionaria enfatizó que la finalización de la obra permitirá un salto cuantitativo en el desarrollo de Vaca Muerta. “El gas proveniente de esta importante reserva no solo reducirá la dependencia de importaciones y el uso de divisas, sino que también fortalecerá la seguridad energética de Argentina. Este avance representa una oportunidad para el crecimiento económico sostenible y la creación de más empleo en la región”, expresó.

Asimismo, destacó los beneficios del gasoducto a nivel regional, ya que el gas argentino será exportado a los países limítrofes. Además, se está trabajando en la promoción de proyectos de Gas Natural Licuado (GNL).

El día viernes pasado se llevó a cabo la última soldadura del primer tramo del GNK, en un acto encabezado por el presidente Alberto Fernández y del que participaron el ministro de Economía, Sergio Massa; la secretaria de Energía, Flavia Royon; y el presidente de Enarsa, Agustín Gerez. Se trata de 570 kilómetros de caños, entre Tratayén, en Neuquén, y Salliqueló, en Buenos Aires