Rosario. Vuelve la idea de restringir el tránsito vehicular en el microcentro

El Concejo Municipal quiere evitar el caos de tránsito, los siniestros viales y la contaminación

Por Nachi Saieg – La Capital

La iniciativa es de la concejala Susana Rueda, del bloque Rosario Progresista. Propone disminuir la intensidad del tráfico, recuperando el espacio público para los peatones, reducir los niveles de contaminación ambiental y sonora, y disminuir la cantidad de siniestros viales.

«El debate de la movilidad está pendiente. No podemos pensar en un sistema sustentable si no empezamos a reducir el tránsito especialmente en el casco histórico. Es un proceso al que se están sometiendo todas las ciudades del mundo. Además, es incluso una recomendación de los arquitectos más prestigiosos para pensar ciudades con dimensión humana, para que las personas puedan transitar caminando, con espacios públicos diseñados para el encuentro, menos contaminación en el aire y árboles más sanos y protegidos», señaló Rueda a La Capital.

El programa estipula una primera instancia, en la que se establecerán “zonas calmas” en el radio de Urquiza, Entre Ríos, San Juan y Buenos Aires. El siguiente paso prevé la prohibición del estacionamiento en algunas arterias comprendidas en esa zona, de lunes a viernes de 9 a 21 horas. Y por último, se restringiría la circulación de vehículos motorizados particulares en el área delimitada por San Lorenzo, Entre Ríos, San Luis y Maipú. También habrá puntos para el ascenso y descenso de pasajeros, por un plazo no superior a 10 minutos en ocho esquinas clave.

La concejala reconoce que el proyecto puede generar alarma entre los comerciantes, pero aseguró «que quienes tengan un negocio deben entender que con las peatonalizaciones se vende el triple. Cuando la gente va caminando tiene ambientes más amables, aparte de la posibilidad de recorrer y caminar. Incluso aumenta la seguridad», ahondó. Durante la ejecución de cada etapa, están previstas instancias intermedias en las que serán convocados organizaciones y vecinos que quieran involucrarse.

«Apostamos al transporte urbano, a fortalecerlo y consolidarlo, y a promover la movilidad activa, que es caminar y andar en bicicleta», finalizó Rueda.

El escrito plantea que quedan exceptuados de la medida las unidades del transporte urbano de pasajeros, las bicicletas públicas y privadas, taxis y remises, transportes escolares y especiales, vehículos identificados para personas con discapacidad, frentistas que tengan cocheras o garajes, personas que alquilan cocheras o garajes, vehículos de emergencia, transporte de caudales, de carga y descarga, y servicios de cadetería y mensajería que se realicen en moto.

Los radares de fotomultas instalados por el munincipio servirían para detectar a quienes infrinjan la ordenanza y sancionarlos.

Otras miradas

El proyecto fue presentado en el Palacio Vasallo a mediados de 2021, sin embargo aún no avanzó. Pedro Salinas, integrante de la comisión de Obras Públicas, consideró en diálogo con este diario que si bien tiene un enfoque conceptual correcto, no es el momento de aplicar esta iniciativa. “Es evidente que hay que avanzar en políticas de movilidad sustentable que prioricen la ocupación del espacio público por parte de las personas, abordando no sólo la congestión vehicular, sino también el impacto ambiental que ello comporta. Pero desalentar el uso del auto particular teniendo un sistema de transporte desastroso no parece lo más atinado”, argumentó.

Además, el representante del bloque de Ciudad Futura analizó que “ninguna iniciativa aislada va a poder abordar esto si no discutimos con sinceridad el modelo de ciudad”. “Hay que generar nuevas centralidades en distintos puntos de Rosario para acortar los desplazamientos y que no sea necesario ir al microcentro para desarrollar cualquier trámite administrativo, laboral y actividades culturales, entre otras cosas. Entiendo que sin esa mirada integral de modelo, de cómo crece y se desarrolla una ciudad en todos los ámbitos de su vida, ninguna medida parcial va a resultar exitosa”, agregó.

Fernanda Gigliani, par de Salinas en Obras Públicas, habló en la misma línea. La concejala de Iniciativa Popular resaltó que es una discusión que se viene dando en el Concejo Municipal desde hace tiempo, con diversas iniciativas. “La mirada de la intendencia es contradictoria”, expresó, y subrayó que el transporte público hoy por hoy no acompaña la idea de desalentar el uso de autos particulares.

La edila se refirió puntualmente a la situación de las cocheras. Como contó La Capital, encontrar una cochera para guardar el auto o la moto puede transformarse en una odisea. Muchas playas de estacionamiento tienen lista de espera y cientos de rosarinos aguardan que se desocupe un box para sus vehículos. Pichincha y el microcentro son las zonas con más demanda, y también las más caras. “Una de las normativas exige a las nuevas cocheras tener más de 50 boxes y en el Concejo tenemos exenciones todo el tiempo. Por una cuestión de que esa persona no pierda el negocio, lo hacemos. Pero le pedimos al Ejecutivo que nos diga qué pretende hacer con esa ordenanza”, ejemplificó.

“En resumen, son decisiones que van más allá de lo que haga el Concejo. La planificación urbana la tiene que diagramar el Ejecutivo, decidir qué proyecto de ciudad pretende y qué área central pretende”, concluyó Gigliani.

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