Empresa-escuela: cómo hace la industria del “software” para crear capital humano

El trabajo de los sectores público y privado, pandemia mediante, dio vuelta una tendencia social negativa hacia el estudio de carreras tecnológicas. Las compañías generan espacios propios de formación y de entrenamiento. Una tendencia nueva: los profesionales y adultos mayores se reinventan con las TIC.

CAPITAL HUMANO

La industria del software en Córdoba nació en el arranque de este siglo con la llegada de Motorola y con una decena de desarrolladoras locales que dieron inicio al Córdoba Technology Cluster (CTC). Al inicio, la cantidad de estudiantes de informática iba en caída y la oferta de técnicos era el techo que le impedía crecer al sector.

Desde 2018, la tendencia cambió. La industria cordobesa del software pasó de ocho mil a casi 18 mil personas trabajando, sin contar a las multinacionales. El ingreso a las carreras tecnológicas de grado volvió a crecer y se multiplicó la oferta de cursos privados, tanto de programación como de tecnologías específicas. ¿Qué sucedió?

Los protagonistas del rubro reconocen el trabajo de difusión en todos estos años de la Mesa Sectorial TIC, integrada por los ministerios provinciales de Ciencia y Tecnología, Educación e Industria; organizaciones empresariales, como el CTC y la Cámara de Industrias Informáticas, Electrónica y Comunicaciones (Ciiecca); las universidades públicas y privadas de la provincia, y las compañías multinacionales del software.

También las propias firmas cordobesas crearon sus “escuelas”, para encontrar y captar talentos, como Vates, Ayi Group, Dicsys, IncluIT y Santex.

Pero la gran transformación la provocó la pandemia de Covid-19, con la explosión de la transformación digital en las organizaciones y el trabajo home office. La demanda de trabajadores en el sector y los salarios se multiplicaron en todo el mundo; eso cambió la percepción de la gente, que miraba a la tecnología desde lejos. En tiempos de restricción, muchos estudiaron programación y procesamiento de datos.

Industria del software.

Si bien todavía tiene 3.500 puestos sin poder cubrir, la industria del software en Córdoba ve cómo sus propios cursos tienen cada vez más demanda y cómo el mercado laboral, de a poco, empieza a normalizarse.

LA TECNOLOGÍA ATRAE

Las capacitaciones del Gobierno provincial y las empresas apuntan a jóvenes que realizan cursos básicos de programación, como Argentina Programa (de la Nación) o los impartidos por academias privadas como Coderhouse, Digital House, Nvidia, Numen o Soy Henry, entre otros.

PIL en Nuevas Tecnologías, uno de los programas de la Provincia (Gentileza Gobierno de Córdoba).
PIL en Nuevas Tecnologías, uno de los programas de la Provincia (Gentileza Gobierno de Córdoba).

Un caso es el Programa de Inserción Laboral (PIL) para este sector, que implementa el Gobierno provincial junto con el CTC. En 2021, participaron 66 empresas y 189 personas; el año pasado, fueron 85 firmas y 403 beneficiarios, y para este año se anotaron 120 empresas y se espera la participación de 500 perfiles (el cupo es para 300 empleos).

La inscripción para beneficiarios cierra el 21 de abril y el programa comienza el 2 de mayo. Se trata de 250 horas en 12 meses, que incluye capacitaciones (full stack.netpythontesting y otros temas) y práctica laboral en las propias empresas.

Las propias empresas también hacen lo suyo. Ayi Group tiene su “escuelita” desde hace 15 años, al principio de manera presencial y ahora en forma virtual, donde capacitan a 20 personas en full stack, integración de aplicaciones, Devops y testing. Los cinco mejores tienen un puesto en la empresa.

“Antes nos costaba completar el cupo y había que pagarles para que hicieran el curso. Ahora, en las últimas convocatorias tuvimos 500 a mil inscriptos. Un curso reciente para mujeres tuvo más de 700 inscriptas”, asegura Germán Gazzoni, director de Desarrollo de Negocios de Ayi Group.

Industria del Software

También IncluIT, actualmente parte del grupo alemán Avenga, también tiene su escuela que ayuda a sus planes de crecimiento. Su centro de desarrollo de software en Mina Clavero fue el resultado de varios cursos de capacitación, experiencia que repitió luego en Catamarca y en La Rioja.

“Hicimos muchos cursos propios. Ahora, nos movemos para ayudar a actores que capacitan, como el instituto TecLab, cuya carrera de programación está dictada por profesionales de IncluIT, y con la Universidad Blas Pascal (UBP) en materia de ciencia de datos”, explica Rafael Ibáñez, responsable de la compañía en Latinoamérica.

En 2022, hicieron 19 cursos técnicos, 18 tech talks (charlas), 36 cursos de inglés, 11 soft skills (habilidades blandas), nueve “semilleros” (apoyo a otras capacitaciones, principalmente en Jujuy) y cuatro mentorías. Pasaron por estas actividades más de 5.200 personas, de las cuales unas 76 pasaron a trabajar en sus filas.

Además de trabajar con IncluIT, a través de su división Digital Skills Academy, la UBP armó una “escuela” con Vates. “Además de nuestras propuestas de formación profesional de grado, realizamos capacitaciones más cortas. Desde hace cuatro años, se ha revertido la curva negativa sobre las carreras tecnológicas. Cuando empezamos, nadie sabía qué significaba las siglas TIC; hoy la gente sabe de qué se trata, de que los programadores ganan plata y por eso le prestan más atención”, explica Oscar Gencarelli (UBP), coordinador de la Digital Skill Academy, quien acaba de lanzar las diplomaturas en Desarrollo Full Stack y en Tecnologías Digitales, con inicio en mayo.

CAPACITACIÓN TÉCNICA

La misma explosión se sintió en XAcademy, la “escuela” que inició en 2021 la fundación Tech with Purpose (tecnología con propósito) del fundador de Santex, Juan Santiago. Su objetivo es achicar la brecha tecnológica en la sociedad.

Para eso, convoca a personas que hicieron cursos de programación, pero que todavía no están listos para trabajar, y les da entrenamiento en desarrollo web y de software, con cursos de seis meses.

También hace actividades sobre robótica para niños, capacitación para adultos en estafas virtuales y seguridad informática para infancias.

“La idea es mejorar la calidad de vida de las personas a través de la enseñanza de tecnología, darle una oportunidad a quienes no tienen acceso a la formación”, resalta Lucía Jaimez, responsable de XAcademy, que acaba de lanzar la tercera cohorte y a la cual se inscribieron 1.200 personas. Varios de los egresados de las ediciones anteriores ya trabajan en Santex y en otras empresas.

Los centennials son muestran más interés en capacitaciones sobre tecnologías digitales que las generaciones anteriores. (Gentileza Gobierno nacional)
Los centennials son muestran más interés en capacitaciones sobre tecnologías digitales que las generaciones anteriores. (Gentileza Gobierno nacional)

Con cursos de cuatro meses, Dicsys hace lo mismo, apuntando a sus áreas de interés: análisis de datos, aplicaciones, metodologías ágiles y testing.

Dicsys Academy funciona desde hace una década, pero nunca como en estos años concitaron tanto interés. En 2022 tuvieron 300 inscriptos y para este año ya superan los mil, por primera vez en su historia con gente que está en Colombia, México y Venezuela. Entre ellos, se hace una selección previa en función de su perfil y de un examen de ingreso sobre conocimientos técnicos y actitudinales.

“Estamos mejorando la empleabilidad de las personas. Muchos de los egresados terminan siendo compañeros de sus profesores, que son todos profesionales de Dicsys”, explica Mara Riboldi, mánager de Capital Humano de la empresa cordobesa.

PROFESIONALES Y MAYORES, LOS NUEVOS INTERESADOS

Parte de la explosión de demanda de los cursos de informática es resultado de que las nuevas generaciones, los centennials, al haber nacido con las tecnologías digitales, tienen más interés en esta materia que las generaciones anteriores.

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Pero, además, se registra una tendencia que hasta ahora no se había visto: cada vez hay más profesionales y adultos mayores atraídos por las tecnologías digitales.

Algunos buscan fortalecer sus habilidades tecnológicas y su perfil laboral. Otros quieren encontrar una alternativa de trabajo para mejorar sus ingresos.

“Hay empleados con trayectoria y gerentes que se ven abrumado por la cantidad de tecnología o por los nuevos desarrollos en blockchain, inteligencia artificial, internet de las cosas o impresoras 3D. Por eso, lanzamos diplomaturas en tecnologías digitales para introducirse en el mundo de la tecnología, no para generar expertos, sino agentes de cambio, o al menos para que se le pierda el miedo a la tecnología”, indica Gencarelli.

Lo mismo pasa en la escuela de Ayi Group. “Vienen personas de otras profesiones, administradores de empresas, diseñadores gráficos e incluso psicólogos para hacer carrera en otra actividad; para nosotros es bueno incorporar gente de otra profesión de base, porque entiende bien este rubro”, agrega Gazzoni.

Al respecto, Riboldi suma otros profesionales interesados en la ciencia de datos: abogados, contadores, farmacéuticos, ingenieros industriales y mecánicos, y hasta comunicadores sociales.

“El gran objetivo en estos casos es darle una vuelta a la formación de base que tiene el profesional y llevarlo a la analítica de datos”, adiciona.

Los adultos mayores están sorprendiendo a más de uno. XAcademy, por ejemplo, tiene entre sus inscriptos a un jubilado de 74 años (contador) que en pandemia empezó a estudiar programación y que ahora quiere profundizar sus destrezas digitales.

“Mucha gente quiere reconvertirse; es una forma de encontrar un nuevo propósito para su vida”, analiza Jaimez.

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