Puertos sucios, un ancla en la competitividad del país

Los bloqueos a los puertos afectaron la cosecha
Marcelo Manera

La Argentina fue en 2020 el país agroindustrial que tuvo más días sus puertos cerrados, afirmó Gustavo Idigoras presidente de CIARA-CEC en el transcurso de un seminario de Logística. Se trata de un tema no menor a la hora de evaluar la competitividad de las exportaciones de Argentina, pues la cantidad de días útiles exportables forma parte de un factor clave para nuestros clientes.

Tener los puertos cerrados no solamente frena las exportaciones de granos, afecta también la molienda de oleaginosos y la posterior exportación de aceites y harinas y subproductos. Ser el primer país exportador de aceite de soja y de harina de soja del mundo, aportando el 50% del comercio mundial de aceite y el 41% del comercio de harina, el segundo exportador de maíz, el primer exportador de maní, exige de tener un gran compromiso y responsabilidad, por parte de las empresas procesadoras y exportadoras. Es un compromiso mantener las exportaciones, pues los consumidores siguen consumiendo y es una gran responsabilidad pues debemos asegurar a nuestros clientes que estamos preparados para poder abastecer el crecimiento de la demanda mundial de alimentos de las próximas décadas.

EL MAÍZ ACORTA CADA VEZ MÁS UNA BRECHA CON LA SOJA
La Argentina se ha convertido en un país no confiable a la hora de cumplir sus compromisos de exportación, pues los sucesivos paros de los gremios portuarios y de los transportistas de granos han frenado la actividad de los exportadores, a extremos como el de diciembre del 2019 cuando un feroz paro de 25 días organizado por los gremios marítimos provocaron la salida de la Argentina del mercado de exportación a nivel mundial.

Estamos en riesgo que el país sea considerado puerto sucio, si todavía no lo ha sido, pues así como el riesgo país de mide como una sobre tasa de 1800 puntos, el riesgo país exportador se mide con el menor precio que nos pagan nuestros clientes por nuestros productos.

En el plano local, mientras el Gobierno no defina qué, como y cuando hará el acuerdo con el FMI las principales variables de la economía en el día a día seguirán sin definirse, y es motivo de la incertidumbre que influye sobre las decisiones de venta de los productores. Los tiempos están muy ajustados y es muy difícil que se pueda llegar a un acuerdo con el FMI antes de fin de año. Si asumimos este escenario podemos suponer que variables como el tipo de cambio seguirán su curso como se viene dando en estas últimas semanas, esto es que el Gobierno seguirá ajustando el tipo de cambio oficial por arriba de la inflación, con el objetivo de no perder competitividad de las exportaciones, como lo definió el ministro de Economía, Martín Guzmán.

De la misma forma, se espera que no se produzca ningún cambio en el nivel de las retenciones, al menos para los commodities agrícolas como trigo, soja, maíz, aceites y subproductos, al no haber cambios sustanciales en el nivel del tipo de cambio oficial. Faltan por definir otras variables como la política monetaria, la baja del gasto público, el ajuste de tarifas, la política de las exportaciones de trigo y maíz, todas variables que tendrán fuerte incidencia en el negocio agropecuario, y la forma en que los productores decidan vender sus cosechas. En definitiva, está en juego el futuro ingreso de divisas durante el verano, en un momento de fuerte necesidad del Gobierno y el ajustado nivel de las reservas del Banco Central.

El autor es presidente de Pablo Adreani & Asociados

Pablo Adreani

Pablo Adreani – LA NACIÓN Campo