El aporte del sector representa cerca del 70% de la exportaciones totales; sin embargo, Agricultura anticipó que busca mantener el cepo en 2022.
“La economía argentina está en terapia intensiva y nuestro botiquín está semi vacío. Los analgésicos para poder responder cuando sube la fiebre son cada vez más escasos”. Con esta analogía médica, un exfuncionario del ministerio de economía resume la situación en la que están las reservas de nuestro Banco Central. Pero, ¿cómo puede ser que teniendo superávit comercial y liquidaciones record del sector agropecuario no tengamos dólares en el BCRA?
Veamos.
Según datos del economista Federico Furiase, el superávit comercial acumulado 2020/2021 a octubre es de 26.469 millones de dólares. Sin embargo, según los cálculos de distintos analistas, las magras reservas líquidas a esta fecha están entre 1000 y 4000 millones de dólares. Si ponemos la lupa en los dos períodos que lleva este gobierno, los datos hablan por sí solos:
Total de exportaciones 2020: 54.883 (expresado en millones de dólares)
Productos primarios: 16.206
Manufacturas de origen agropecuario: 21.786
Manufacturas de origen industrial: 13.297
Combustibles y energía: 3.593
Total de Exportaciones 2021: 65.141 (expresado en millones de dólares)
Productos primarios: 18.745
Manufactura de origen agropecuario: 26.176
Manufactura de origen industrial: 16.155
Combustibles y energía: 4.066
El aporte del sector representa cerca del 70% de la exportaciones totales.
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Ah, pero el Campo…
El economista y director del Centro de Estudios de productividad, Ariel Coremberg, asegura que “efectivamente hay un superávit comercial y de cuenta corriente importante. No obstante, el BCRA no acumuló reservas. Además de las necesidades de dólares para importar, Argentina necesita dólares también para cubrir las necesidades de pagos de los intereses de la deuda externa. Como mayormente está en manos del sector público y no hay dólares disponibles, aplica el cepo a las importaciones. Pero también aplica el cepo a la demanda de dólares de los ciudadanos. Lo que sucede es que, a partir de fin de 2019, la falta de credibilidad de los argentinos de todas las clases sociales bajó la demanda de pesos y subió la demanda de dólares. Hay una caída en la demanda de dinero y hay una suba brutal en la demanda de dólares, como pasa históricamente, pero es aún peor por la falta de credibilidad del Gobierno”.
Sin embargo, y aun con la avidez de dólares que tiene la economía argentina, el ministerio de Agricultura adelantó esta semana mediante un documento de trabajo que envió a las entidades del agro, que busca mantener en 2022 el cepo a las exportaciones de carne que vence formalmente el 31 de diciembre.
Es simple. Gastamos más de lo que ganamos.
¿Y si ajusta la política?
Por último, querido lector, le dejo este cuento que, creo, resume muy bien lo que nos pasa.
Don Alejo tenía un toro reproductor. El mejor toro de la región. Ese toro era su único patrimonio. Los ganaderos locales descubrieron que el toro era el mejor reproductor de la zona y comenzaron a alquilarlo para cruzar sus vacas comprobando que de ese cruce salían los mejores terneros. El toro se convirtió en la única y principal fuente de ingresos del campesino. Además, el toro era rendidor y rápido, no perdonaba ninguna vaca que le pasara cerca, y parecía que nunca se cansaría de engendrar.
Un día, los ganaderos se reunieron y decidieron comprar el toro para no depender más de Don Alejo. Un representante fue y le dijo: “Ponele precio a tu toro que te lo vamos a comprar”. El campesino, que no quería perder su fuente de ingresos, pidió una cifra absurda para que fuera rechazada. Los ganaderos se quejaron con el alcalde por el precio del animal, y éste, sensibilizado con el problema, compró el toro con fondos municipales, registrándolo como patrimonio municipal y poniéndolo al servicio de toda la comunidad.
El día de la inauguración de los servicios, los ganaderos trajeron sus vacas para que el toro las preñara. Le pusieron la primera vaca, y nada. “Debe ser la vaca –dijo uno– es muy flaca“. Le trajeron una gran campeona Holandesa. El toro la olfateó, y ¡nada!. Pasó el rodeo entero, pero el toro ni se inmutó. El alcalde furioso llamó al ex dueño y lo increpó a solucionar el problema. ¡Se había gastado el dinero de los contribuyentes y no quería pensar que todo fuera una estafa más! Don Alejo se acercó al toro y le habló al oído:
¿Qué hacés hermano, no querés trabajar más?
El toro lo miró largamente y desperezándose, le respondió: ¡No me jodas hermano, ahora soy funcionario público!
Say no more, diría Charly García.-
Por Eleonora Cole – Agrofy News