El agro y el clima de negocios, más allá del resultado electoral

El resultado electoral del domingo pasado terminó de confirmar la presunción que había en el sector agropecuario de que el Gobierno nacional iba a tener un revés político.

A toda máquina. Acompañadas por el clima, las cosechadoras apuran la recolección de la soja en la provincia (La Voz/Archivo).
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Esa hipótesis se comenzó a construir al inicio de la campaña agrícola, en mayo, cuando los productores decidieron anticiparse varios meses en la compra de los insumos.

Lo hicieron para ponerse a resguardo del contexto inflacionario y aprovechar los efectos de un tipo de cambio oficial estable, que les permitía dolarizar sus activos.

Esa conducta, que buscaba ser un escudo de protección interno, terminó teniendo efectos favorables frente al incremento interanual que mostraron, por ejemplo, los precios de los fertilizantes (en algunos casos por encima del 80%) debido a problemas de abastecimiento a nivel mundial.

Hoy, quienes aún deben completar su paquete de productos de nutrición y de defensa para los cultivos afrontan la incertidumbre de saber si lo van a poder conseguir en tiempo y forma.

La imposibilidad que tuvo la oferta mundial de fertilizantes y de fitosanitarios de asumir una mayor demanda hizo que el mercado se ajustara por precio.

El desafío será planificar la campaña próxima, en un escenario que, según los analistas, mantendrá restricciones de oferta y, en consecuencia, con precios altos para los insumos.

A priori, las posibilidades de anticipar compras se verán limitadas por la falta de disponibilidad, que en algunos productos podría llegar hasta bien entrado el año próximo.

“No hay precios de los insumos, pero sí se puede ir tomando posición en los granos: ya están los de trigo, y en los próximos meses estarán los de soja y maíz para la campaña 2022/2023″, observó el analista de mercado Dante Romano, a modo de recomendación para construir coberturas.

Tractor y sembradora
Inflación en dólares y falta de insumos: el agro, en alerta en un momento “pico” de la campaña

Durante su participación en un webinar organizado por la plataforma comercial Inteliagro, Romano admitió que la campaña 2022/2023 podría tener menores márgenes, debido a la suba de costos.

Con estas proyecciones por delante, el agro busca –a partir del resultado electoral del domingo– algunas señales en el corto plazo. Y para ello mira al Congreso.

Según la Fundación Barbechando, que sigue desde 2008 el accionar del Parlamento en temas referidos al sector, la actividad legislativa de los próximos días tiene en carpeta varios proyectos relacionados con el agro y el ambiente. La idea es que no pierdan tratamiento parlamentario.

Casi 45 días después de su anuncio, y horas antes de la elección, ingresó al Congreso el proyecto de régimen de fomento al desarrollo agroindustrial federal, inclusivo, sustentable y exportador.

La iniciativa, que había sido propuesta por el Consejo Agroindustrial Argentino y tenía el aval oficial, fue girada a las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Presupuesto y Hacienda.

El objetivo, destacan desde la fundación, sería lograr un tratamiento exprés antes de fin de año.

En Córdoba, la Legislatura buscará el 15 de diciembre aprobar el Presupuesto 2022, cuyo debate tendrá el 9 de diciembre una instancia de audiencia pública. En el caso del Impuesto Inmobiliario Rural, y luego de una revisión de último momento, el aumento tendría un tope de 49,5% respecto de la anualidad 2021.

Programación fiscal 2022
Inmobiliario Rural 2022: la Provincia revisó las subas y asegura ahora que tope sería del 49,5%
La actualización es sensiblemente inferior al porcentaje máximo que figuraba en el proyecto original, presentado este lunes. Ahí, los inmuebles de más de 200 hectáreas iban a pagar un reajuste de hasta 61%.

Alejandro Rollán – La Voz del Interior