Hace un año los empresarios estaban consternados por el impacto de los Cuadernos de las Coimas. No había cepo. La inflación rondaba el 40 por ciento interanual y brotaban las quejas por lo elevada. El dólar se vendía a $37,50, la pobreza -en aumento- tocaba el 27,3% en el primer semestre de 2018, y era el último dato disponible. Todos pensaban que iba a haber Macri para rato y buena parte del establishment avizoraba un escenario de reelección de, por entonces, Cambiemos.
Alberto Fernández sostenía que la unión del peronismo era “indefectible”. Miguel Ángel Pichetto decía en un panel de la ciudad balnearia hace 363 días lo siguiente: «Yo le tengo gran respeto al Presidente, con quien conversé en varias oportunidades. Él se definió conmigo como un piloto de tormentas; sin embargo, mi impresión es que no sabe adónde va”.
Pasaron cosas. Parece que sucedió hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana. Pero no. Fue acá. En la Argentina. Los más de 900 hombres de negocios que transitaban por los pasillos del Sheraton de Mar del Plata en el Coloquio de Idea del año pasado recalibran hoy -cuando se inicie por la noche el coloquio formalmente- los pedidos ante un escenario marcado por un potencial cambio de ideas en el poder político y sus derivaciones en el mundo económico.
La crisis se acentuó. El reperfilamiento de la deuda y la caída abrupta de las reservas ponen al rojo vivo la economía, marcada por un menor poder adquisitivo del salario y una baja generalizada del consumo. A gran parte de los que se den cita Mauricio Macri -que va a estar pero via teleconferencia- los decepcionó. Desilusión, calificaron algunos hombres encumbrados.
En ese círculo vicioso, el encuentro de empresarios que se hace todos los años en “La Feliz” tendrá más caras de preocupación. En la empinada caída, hoy se deslizan grandes compañías -las medianas y pequeñas están asfixiadas- que si antes veían el panorama apesadumbradas, ahora lo perciben con verdadero terror de no definirse un plan de acción concreto que dome a las variables más descontroladas.
Automotrices, alimenticias, textiles, electrónicas, químicas y petroleras -con Vaca Muerta como insignia de lo potencial que tarda en aflorar- son algunas de las que padecieron el impacto de la devaluación post PASO y se apertrechan por los nubarrones más negros que ven venir. Así las cosas, de a poco, algunos se van acercando al calor del peronismo unificado encarnado por la figura de Fernández.
“No hay inversión productiva que pueda absorber una tasa de interés en su carácter punitivo”, le dice a A24.com Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL). El empresario apunta a la política de altas tasas para contener a un dólar que todavía puede tener algún otro salto más previo o posterior a las elecciones del 27 de octubre.
Entre los reclamos al poder político sigue sonando a corto plazo la necesidad de una estabilización de la macroeconomía, seguridad jurídica, certidumbre en el plano laboral y políticas pro empleo.
“La imprevisibilidad es el peor enemigo de las empresas”, sostiene Funes de Rioja. Y ese será un tema recurrente entre los pedidos de los empresarios a los políticos que asistan a la reunión y como declaración de deseos de cara a la sociedad toda.
Hace un año atrás, en un panel coincidían el CEO de Techint, Paolo Rocca, y Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, pidiendo la reforma laboral. Aunque el sueño empresarial se mantenga, el margen para concretarla a corto plazo se va esfumando.
En el lanzamiento del plan 20/23 de la UIA, dos sindicialistas de peso, como Antonio Caló (UOM) y Rodolfo Daer (Alimentos), eludieron la palabra reforma y concedieron la posibilidad de actualizar los convenios colectivos de trabajo, pero lejos de grandilocuentes posturas reformistas.
Matías Kulfas, uno de los asesores mimados por Fernández, sostuvo que la “Argentina no necesita una reforma laboral”. La ausencia del candidato que obtuvo más votos en las PASO marcará un mensaje no dicho. A diez días de las elecciones Fernández tiene más para perder que para ganar si pisa el Sheraton de Mar del Plata. Rodearse del círculo rojo que el kirchnerismo tanto resistió podría traerle problemas. Fernández nunca nunca fue al evento en los últimos 16 años ¿por qué tenía que ir este año?.
“Los temas importantes para IDEA son la institucionalidad, la educación, la situación del empleo y la presión tributaria, además de los temas de coyuntura. Proponemos el diálogo pero en serio con todos los sectores inclusive los gobiernos a todos los niveles, que son responsables del gasto público”, le dice a A24.com una fuente cercana a la organización.
Y agrega, no sin descartar un cambio de signo político nacional. “Buscamos un diálogo donde se diagnostiquen objetivamente los problemas de Argentina, donde se discutan las soluciones que no dieron resultado nunca y se están volviendo a proponer y en el que todos estén dispuestos a aportar”. La guardia todavía está todavía alta.
Presidentes, CEO´s y ejecutivos de cientos de empresa vivirán tres días marcados por el intercambio de panoramas. Se estima que participen 900 empresarios de todo el país, junto con más de 70 líderes nacionales e internacionales entre gobernadores, sindicalistas, economistas, periodistas y académicos. Habrá casi 130 sponsors.
Una de los sectores empresarios que está con problemas es el de la industria electrónica, que depende en gran medida del mercado interno. Federico Hellemeyer, presidente de AFARTE, la asociación que agrupa a las compañías de ese sector, y que tiene más de 8 mil empleados directos, le dijo a A24.com que “la primera expectativa es que se discutan alternativas para dinamizar el consumo porque es la única manera de que también retome su ritmo la producción y la industria local”.
Coincidió en la necesidad de que “el país corrija sus desequilibrios macroeconómicos”. Y agregó: “A medida que se estabilice el contexto, esperamos que se empiece a proyectar una política industrial de mediano y largo plazo. Nuestra industria necesita de ese marco de certidumbre que dan las políticas públicas para poder continuar con nuestro plan de competitividad y mejorar el acceso del consumidor a nuestros productos”.
Durante tres días, la crema del empresariado local va a estar discutiendo, consensuando, criticando, planificando y delineando ideas para llevarle al nuevo gobierno. Pocos saben con qué se pueden encontrar después de las elecciones. Y mucho menos dentro de un año
– A24