Mendoza. Guerra de encuestas: los otros ganadores y perdedores de las PASO

Las Primarias dejaron expuestos a los consultores que acertaron los resultados y, principalmente, a los que fallaron por mucho. La diferencia entre los estudios serios y los que sólo forman parte del marketing político.

Estas elecciones PASO en Mendoza fueron también marco de una guerra de encuestas que no sólo dejó ganadores y perdedores, sino que puso en juego el prestigio de los consultores.

La estadística es una ciencia exacta. Esta sustentada en un método que evalúa datos tomados de una muestra y, a partir de allí realiza un análisis y una proyección probabilística.

Del párrafo anterior hay que tomar tres conceptos básicos a la hora de planificar una encuesta de opinión pública, ya sea para conocer la intención de votos previa a una elección o para estudiar hábitos de consumo: método, datos y muestra. Si algo de eso falla o es manipulado, deja de ser un estudio serio y se convierte en una operación barata.

En los últimos días se conocieron seis encuestas, en algunos casos con datos coincidentes; tal vez no en los números finos, pero sí en las conclusiones y en la diferencia entre candidatos y frentes.

El resultado de una encuesta es una foto que permite leer la realidad en un momento determinado. Allí sí se pueden hacer observaciones subjetivas, pero siempre basadas en información confiable.

Lógicamente, ningún candidato quiere mostrarse perdedor. Lejos de eso, la mayoría juega y difunde números previamente adulterados, bajo la premisa falsa de que podrán influir de ese modo en la opinión pública. El pensamiento es primitivo y básico, y aún así lo emplean: creen que si dicen que van ganando podrán impactar de tal modo que parte del electorado optará por tal o cual lista. Además de subestimar el poder del silencio -si no hay nada para decir, mejor no hacer ruido-.

En caso de un empate técnico, como el que se preveía entre Anabel Fernández Sagasti y Alejandro Bermejo en la interna del PJ, estaba claro que la balanza iba a inclinarse según los intereses particulares. Así, Analía del Franco afirmaba que, más allá de una elección reñida, el triunfo iba a quedar en manos del maipucino. En cambio, Analogías se la jugó por la senadora kirchnerista. El vínculo entre consultor y cliente también fue clave.

En el resto acertaron: mostraron como ganador a Rodolfo Suarez, con más o menos puntos de diferencia entre frente y frente. También anticiparon el tercer y cuarto puesto de José Luis Ramón y de Noelia Barbeito, respectivamente.

Martha Reale (Agencia RDT) fue una suerte de referente hacia afuera para el oficialismo. El domingo, ante cada consulta a los allegados al Gobierno, la respuesta era la misma: “Más o menos lo que marcó la Martha”. Anticipó esa diferencia de entre 7 y 8 punto para Cambia Mendoza sobre el peronismo y, si bien en su última encuesta daba ganador al Bermejo en la interna del PJ, aclaraba que el porcentaje era coincidente con el error muestral y que el final estaba abierto.

Puertas hacia adentro, para el cornejismo el gurú sigue siendo Elbio Rodríguez. Diez días antes la mesa chica que encabeza el gobernador sabía que cuál era la diferencia a favor estimada y que la candidata por el peronismo iba a ser Anabel. Se dieron los resultados.

De alguna manera, todos más o menos coincidieron y salieron bien parados. Hasta que se cotejaron los resultados oficiales con las encuestas que había contratado Omar De Marchi. Ninguna se acercó ni un poco al escrutinio final.

Estuvieron tan lejos, que la consulta en off obligada fue si realmente se habían hecho esos estudios o si formaron parte del marketing político.

Ejemplo: para la consultora porteña Foggy Bottom, el lujanino iba a ganarle la interna a Rody Suarez por 12 puntos de diferencia, y Bermejo haría lo suyo sobre Fernández Sagasti por 6.

Más o menos lo mismo dijo el mendocino Santiago Alé, cuya encuesta formó parte de la recta final de la campaña de De Marchi. También lo dio por ganador e hizo lo mismo con Bermejo. Con hubo una curiosa aclaración: los datos reflejaban el estado de ánimo al momento del estudio. Definitivamente, el domingo ese humor cambió. Y mucho.

Jorge Hirschbrand jorgeh@elsol.com.ar @Jorge_Hirsch – El Sol