El discurso del gobernador Carlos Verna en la apertura del año legislativo fue un claro ejercicio del poder. Si bien en general su línea estuvo marcada por un tono mesurado con el que resaltó el orden de las cuentas, enumeró hechos de la gestión y realizó algunos anuncios, algunos párrafos fueron los que marcaron el tono político del mensaje.
Estos discursos de los mandatarios ante la Legislatura, que marcan el inicio del año político, hay que compararlos con el del presidente y el realizado el año anterior para dimensionar qué dicen y qué esconden.
Horas antes, el presidente Mauricio Macri en el Congreso había ofrecido el suyo en el Congreso en plan de campaña, mostrándose como conductor de Cambiemos y resaltando su antagonismo con el kirchnerismo, a quien fustigó por la corrupción y la inflación. Un tono muy diferente al de 2016, cuando había encarado ese mismo acto casi como un gerenciador del Estado que llegaba para hacer cambios. Para algunos analistas, el discurso de Macri fue el inicio de la campaña electoral del gobierno nacional.
Marcando distancias
Vamos a Verna. Más allá de la enumeración de medidas y programas, ratificó el rumbo de su gobierno, sobre todo en su relación y su posicionamiento con el macrismo. Sin mencionar siquiera una vez al presidente, cada comentario referido a Nación dijo mucho sin explayarse de más. Durante la semana previa, el gobernador se había recluido en su despacho para preparar el mensaje y cada frase fue pensada cuidadosamente. Y tuvo dos maneras de poner en blanco sobre negro lo que pretendía: mostrar el ejercicio de su autoridad política.
Hacia afuera, confrontando con Nación. El tono empleado no significó moderación en las posturas. El perfil confrontativo del mandatario quedó en evidencia en frases puntuales que marcaron el contrapunto con el discurso presidencial de algunas horas antes. Pidió que honre sus deudas, fustigó su línea privatizadora, reclamó por la paritaria nacional docente y dijo que le falta el respeto a los maestros, marcó diferencias en el tema derechos humanos y la baja de la imputabilidad a los menores, lanzó que ha aumentado la pobreza y la destrucción de puestos de trabajo por el programa económico nacional y dijo que en los laudos por los ríos provinciales se pone del lado de Mendoza. Todos temas sustanciales. Además ratificó el rumbo de su gobierno de «defender los derechos de La Pampa» frente a Nación al resaltar los fondos que se consiguieron para sanear el sistema previsional provincial y los reclamos permanentes por los ríos.
Advertencia y disciplina
Hacia adentro, fueron dos los momentos salientes en los que levantó la voz. Uno frente al reclamo de vecinos de General Acha por el acuífero de Valle Argentino, cuyas aguas serán utilizadas para proveer al Acueducto del Río Colorado cuando haya cortes. Dejó en claro que quien definirá el uso del agua es la Provincia y que no acepta presiones.
El otro tuvo como foco a los intendentes, sobre todo a los radicales cercanos a la Casa Rosada, a quienes les advirtió que no iba a dejar que desde Nación salteen a la Provincia en la entrega de fondos a través de la firma de convenios entre ambas sin autorización del gobierno provincial, en muchos casos con un claro sentido electoral. Directamente los intimó a través del fiscal de Estado con demandas penales por no respetar la institucionalidad. En el recinto de la Cámara de Diputados, en primera fila, uno de los intendentes apuntados miraba hacia abajo mientras escuchaba, y otro se alarmaba porque recibió la semana pasada un millón de pesos.
Para la oposición las palabras de Verna fueron una muestra explícita del disciplinamiento que se ejerce sobre los intendentes. Para los diputados radicales, son los jefes comunales propios los castigados con esta decisión. Para los del PRO, sus aliados en Cambiemos. Apenas finalizado el discurso, un dirigente nacional macrista se comunicó con el autor: «Si escribís, ponele de título ‘Verna sacó el rebenque’. Parece nervioso, no quiere que ayudemos a los intendentes, hay que pedirle permiso o se enoja». La advertencia del mandatario pegó duro. Los dirigentes de la oposición tienen derecho a quejarse, pero han quedado también en una encerrona. El gobierno nacional en los hechos está repitiendo la metodología de reparto de fondos del kirchnerismo y afectando al federalismo sorteando a las provincias. Poco cambio con respecto a lo que se criticó del gobierno de Cristina Fernández.
Verna dio de esta manera una muestra de autoridad política a diestra y siniestra. Casi en la línea de uno de los personajes de Game of Thrones quien aconseja que «el poder se ejerce, para bien o para mal». El mensaje además marcó, más allá de repasar la gestión, sin explicitarlo pero dejándolo entrever, el inicio del año electoral en La Pampa. Verna asumió una postura que está adoptando el peronismo nacional como definición para 2017, más allá de la fragmentación interna y la falta de liderazgo, que es la de «frenar» a Macri en las urnas
Por Norberto G. Asquini – Diario Textual