El Museo Guggenheim Bilbao, el más lindo del mundo

El Museo Guggenheim de Bilbao, al norte de España, fue elegido por la revista Condé Nast Traveller “el museo más bonito del mundo” de 2016. Los lectores de esta prestigiosa revista de viajes y “lifestyle” han destacado la arquitectura futurista y diseño innovador del edificio de Frank Gehry, así como sus formas curvilíneas y la belleza de sus volúmenes

Un museo, según definición del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua en una de sus acepciones, en una institución o lugar “cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición al público de objetos de interés cultural”. Algo loable en esencia y, cuando alguien lo monta o lo dirige, una de sus pretensiones de justicia es hacerlo hermoso.

Por eso, que alguien diga que un museo en concreto es el “más bonito del mundo”, como acaban de nombrar desde la prestigiosa revista de viajes Condé Nast Traveler al Guggenheim Bilbao, es un motivo especial de orgullo. Para que explique qué tiene de especial su museo y la razón del galardón, la agencia española EFE entrevistó a su director General Juan Ignacio Vidarte.

– Su museo ha recibido numerosos premios, entre ellos la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1999) o ser considerado Museo Europeo del Año 2000. ¿Qué supone haber sido elegido por la revista Condé Nast Traveler (www.cntraveller.com) como “El museo más bonito del mundo” y quedar por encima de instituciones como el Hermitage de Moscú, o los museos vaticanos, por ejemplo?

— Para nosotros ha sido una muy grata sorpresa, especialmente a la vista de los restantes museos seleccionados. Además, cabría pensar que quizás, tras 18 años de andadura, el “factor sorpresa” se hubiera diluido un poco, pero nos agrada enormemente comprobar que continúa despertando admiración.

– ¿Se han contactado con el arquitecto, Frank O. Gehry, tras conocer la concesión del premio? ¿Les ha hecho algún comentario sobre esta noticia?

— Aún no he tenido oportunidad de hablar con él pero estoy convencido de que le llenará de satisfacción.

-¿Cuál fue el origen de la creación del Museo Guggenheim Bilbao y cuáles sus objetivos? .

— El Museo Guggenheim Bilbao fue parte de un conjunto más amplio de actuaciones que apostó por una institución cultural como parte fundamental de un proceso de transformación urbanística, económica y social.

De estructura espectacular, próxima a la ría bilbaína, la institución se ha hecho un hueco en la ciudad y, desde que se instaló, forma parte de una de las señas de identidad de esta gran urbe, rodeada de paseos y plazas que han superado y puesto en activo lo que antes fue una zona industrial

Su objetivo, además de la creación de un museo de proyección internacional, fue contribuir a la regeneración de la estructura económica del País Vasco (norte de España) que buscaba diversificar el sustrato económico de la ciudad de Bilbao, más allá de su base industrial tradicional, así como transformar urbanísticamente una zona de esta urbe y apoyar la proyección de su imagen en el exterior.

– ¿Dónde cree que radica la ventaja diferencial del museo que dirige con respecto a otros de gran valía en el mundo?

– Uno de los rasgos diferenciales que están en el origen del proyecto de nuestro museo fue haber nacido con una vocación internacional y formar parte de las Instituciones Guggenheim. Eso nos permite que, además de cumplir con nuestra misión de crear una colección, investigar y exponer el arte de nuestro tiempo y acercarlo a nuestra audiencia, podamos compartir recursos, programación o iniciativas con otros Museos Guggenheim y acceder a proyectos muy relevantes que se desarrollan en el seno de esta red.

Una seña de identidad de la constelación Guggenheim es la calidad de la arquitectura de los edificios que albergan a cada una de sus instituciones, que hace posible que la experiencia de los visitantes se enriquezca mostrando el arte en un dialogo sugerente con los espacios que lo acogen. Asimismo, el denominado “efecto Guggenheim Bilbao”, que se ha intentado replicar en numerosos lugares del mundo, ratifica que los objetivos de revitalización económica, regeneración urbana y transformación social, no solo se han cumplido, sino que se han satisfecho ampliamente.

– ¿Qué número de visitantes tiene anualmente el Museo Guggenheim Bilbao?

– Cada año nos visitan alrededor de un millón de personas. Concretamente en el año 2015 rebasamos esa cifra con 1.103.211. Teniendo en cuenta que Bilbao es una ciudad de tamaño medio, esta afluencia de público a nuestra institución, y el hecho de que dos de cada tres personas que nos visitan procedan del extranjero, son datos que tienen especial relevancia.

– Diga cinco argumentos por los cuales los lectores deberían visitar este museo vizcaíno .

– Por nuestra programación expositiva, que permite recorrer la creación artística de estos dos últimos siglos, desde los fundamentos del arte moderno hasta las manifestaciones más contemporáneas, tanto a través de las exposiciones temporales como de una presentación dinámica de su extraordinaria colección propia. Por la calidad arquitectónica del edificio, una de las construcciones más importantes de finales del siglo XX, que ofrece unos espacios únicos para exponer de una forma excepcional el arte de nuestro tiempo. Porque el Museo Guggenheim Bilbao permite realizar una visita que integra el contacto con el arte y el disfrute de la arquitectura junto a una experiencia enriquecida con otras actividades de nuestra programación, diversas y complementarias, además de una estrecha relación con el diseño y la gastronomía. Por la ciudad en la que estamos, que ha sufrido una transformación tan profunda que no sólo ha cambiado la fisonomía urbana, sino que nos ha infundido a quienes vivimos en ella un sentimiento de orgullo y pertenencia…y porque es el museo “más bonito del mundo”.

– ¿Cuáles son las obras permanentes de las que se siente más orgulloso como máximo responsable -sin menosprecio de ninguna- y cuáles son las más admiradas por el gran público?.

— Los bilbaínos nos identificamos desde el primer momento con Puppy, la escultura de flores de Jeff Koons que está situada en la plaza del Museo, hasta el punto de considerarla hoy en día una obra irremplazable y un icono de la ciudad. Personalmente, la instalación “La materia del tiempo” de Richard Serra se encuentra entre las obras que más me enorgullecen, ya que fue un encargo del museo al escultor, uno de los más importantes del siglo XX. Desde el momento de su inauguración se convirtió en una especie de “lugar de peregrinación” y personaliza como ninguna el carácter de este museo haciendo posible lo que se predecía como improbable.

– La ciudad de Bilbao tiene desde hace unos años al Guggenheim como gran referente cultural, ¿qué opinan los habitantes de esta gran urbe vasca?

– Si algo ha caracterizado a este museo desde su inauguración ha sido el enorme apoyo de la ciudadanía. Así lo pone de manifiesto el hecho de que la institución disfrute de una red de apoyo social extraordinaria como la que suponen sus más de 16.000 “Amigos” y las más de 100 empresas que forman parte de su programa de Miembros Corporativos.

– El Patronato de la Fundación del Museo Guggenheim Bilbao es quien se encargó de aprobar los presupuestos y la programación artística para 2016. ¿Cuáles fueron las más relevantes del año que pasó?

— En 2015 iniciamos un nuevo enfoque estratégico en la programación, una mirada renovada que dio lugar a una presentación de los contenidos más estructurada y acompasada. En un recorrido descendente del museo, la tercera planta cuenta con una instalación permanente de una selección de los fondos más significativos de la colección y, junto a ella, se presentaron, a modo de prólogo, exposiciones de arte de preguerra y de corte más “clásico”, concretamente en 2016 la primera de las muestras de fondos procedentes de la Fundación Guggenheim que se enmarcan en el Acuerdo de Gestión que renovamos en diciembre de 2014, bajo el título “Panoramas de la ciudad: la Escuela de París, 1900–1945”, y una presentación de la colección de Hermann y Margrit Rupf integrada por obras maestras del Cubismo, de la Bauhaus o del Surrealismo.

Las salas de la segunda planta albergaron dos grandes exposiciones temporales dedicadas a dos figuras destacadas del arte de la segunda mitad del siglo XX, Louise Bourgeois y Francis Bacon.

La primera planta, además de las instalaciones de Richard Serra y Jenny Holzer, se centró en las tendencias más actuales, mostrando fragmentos de contemporaneidad, concretamente una presentación de la obra de Andy Warhol “Sombras” y una exposición de la obra pictórica del autor alemán Albert Oehlen.

Por su parte, la sala Film & Video está dedicada de forma permanente a la imagen en movimiento, y presentó en 2016 creaciones en video de tres artistas europeas de nuestros días: Eija-Liisa Ahtila, Sam Taylor-Johnson y Fiona Tan.

– Para finalizar, ¿Cómo cree que contribuyen este tipo de “galardones” para la cultura de un país?

– Al otorgar este premio una revista del ámbito internacional, contribuye a difundir en el mundo, no sólo la presencia del museo, sino la cultura que representa

– El Día