Desborde ambulante: la venta clandestina en La Plata creció 75% en casi dos años

En marzo de 2015 había 3.300 puestos. Hoy son 5.800 entre manteros y saladitas. Expansión de rubros

En el mapa nacional de la venta clandestina La Plata sobresale como un grueso y creciente punto. Con sus espacios verdes convertidos en sedes usuales de ferias irregulares, y vendedores ambulantes constituyendo centros comerciales paralelos en numerosos ejes urbanos, nuestra ciudad sigue tallando alto en el ranking de las localidades con mayor penetración del comercio informal: en poco más de dos años, esta actividad creció un 75% en suelo platense, lo que la ubica en el cuarto escalón entre las urbes con la cantidad más alta de “saladitas” y puestos distribuidos en la vía pública.

Este vertiginoso crecimiento de la actividad comercial informal se refleja en las calles, sobretodo en las céntricas, que se ven desbordadas de puestos ambulantes en los que se ofrecen a la venta productos de rubros cada vez más variados y con artículos de dudosa procedencia. El desmadre de mantas, tablas y caballetes sobre las veredas, además de acentuar la generalizada tendencia a apropiarse de espacios que son públicos, constituye una competencia desleal para los comerciantes que pagan impuestos, alquileres y tasas.

AFECTA A UNO DE CADA DOS

Así lo ha denunciado la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que, en uno de sus reiterados relevamientos sobre este fenómeno nacional con impacto en la región, alertó que uno de cada dos comercios minoristas se ve afectado por la venta ilegal.

En el último informe elaborado por esa entidad se enumeraron 88.971 puestos de venta clandestina a lo largo y ancho del país. El 6,5% de esa cantidad, unos 5.800 puestos, se detectaron en La Plata. Para marzo de 2015 eran 3.300. O sea, crecieron 75% en casi dos años. No es casual entonces que cada dos pasos en el Centro haya que esquivar un puesto clandestino: en la Ciudad hay un vendedor ambulante cada 112 habitantes, mientras que en Berisso, por ejemplo, la relación es de uno cada 963.

Esta semana el conflicto con los manteros en el Once porteño -que ayer sumó un nuevo capítulo con la detención de dos vendedores senegaleses (ver aparte)- reavivó los reclamos de comerciantes ante la falta de reacción de los organismos administrativos y judiciales para erradicar esta actividad callejera, prohibida en suelo platense por ordenanza desde 1993, pero aplicada de forma discontinua y deficiente.

“Lo ocurrido en el barrio de Once puede ser aleccionador y generar el efecto de imitación para intentar normalizar la situación de manteros y ambulantes en La Plata. Pero también tememos que mucha gente que no entre en los acuerdos que propone el gobierno porteño se vengan para nuestra ciudad, como ha ocurrido tras otros fuertes operativos realizados en Buenos Aires”, advirtió el titular de la Cámara de Comercio e Industria local, Juan Carlos Piancazzo en diálogo con EL DIA.

“La venta ambulante en La Plata se ha ido incrementando en los últimos tiempos. Aunque en el último año se ha realizado mucho, hay tanto por hacer que no se nota. Al menos en este tiempo hubo operativos, que en gestiones anteriores eran mínimos. Aunque los funcionarios de esta gestión se ven un poco más sensibles, todavía hay demasiado por realizar”, enfatizó.

LEVANTARON 550 PUESTOS

El dirigente se refería a los más de 80 operativos que, según contabilizó la Municipalidad de La Plata, se hicieron a lo largo de 2016 para intentar poner freno a la venta callejera de mercadería de dudosa autenticidad. Los inspectores levantaron, según la informó la Comuna, más de 550 puestos durante operativos realizados en avenida 7 de 44 a 55; los centros comerciales de calle 8 y 12; la avenida 13 de 44 a 60; el Paseo del Bosque; avenida 72; diagonal 80 y Plaza San Martín, considerados los puntos más críticos.

Como resultado de esos controles se confiscaron más de dos toneladas de alimentos y 100 kilos de pirotecnia, al tiempo que desalojaron 190 puestos de remeras en los distintos recitales que hubo en la Ciudad, así como puestos de venta de CDs y DVDs falsificados. A esas cifras se suman 30 parrillas decomisadas por estar en la vía pública. “Además, en cada operativo desarrollado en el microcentro se decomisan 5 bultos de objetos, accesorios, bijouterie”, aseguraron desde el Municipio.

“Sabemos la problemática que representa la venta ambulante ilegal en la Ciudad, donde hay cientos de comerciantes que pagan alquiler de su local, impuestos, sueldos y cargas sociales. Por eso intensificamos los controles y hemos retirado de la vía pública más de un centenar de puestos de venta ambulante”, subrayó el secretario del área de Control y Convivencia Ciudadana, Roberto Di Grazia.

No obstante, el desborde es creciente. Pese a esos embates comunales, los ambulantes al otro día vuelven a instalarse y no es raro que se resistan a los operativos, generando situaciones que han derivado en episodios de violencia, como ocurrió a fines de diciembre pasado en diagonal 80 entre 46 y 47, con inspectores y vendedores lesionados. También es corriente que protagonicen piquetes en avenida 7 reclamando que les “permitan trabajar”.

Al respecto, desde el Municipio se reconoció que “el problema más recurrente que se tiene con la venta en vía pública es la reincidencia de los actores implicados”.

“En muchos operativos se los retira de la vía pública, se le decomisa la mercadería pero al otro día vuelven a instalarse. Por eso se creó un cuerpo de agentes especializados para este tipo de tareas y procedimientos”, informó Di Grazia.

“Nosotros diferenciamos a aquellos que producen artesanías o tienen microemprendimientos, de los que realizan una venta de artículos ilegales o de dudosa procedencia”, explicó el funcionario municipal.

FERIAS EN EXPANSION

El relevamiento de la CAME, que contabilizó 5.800 puestos de venta ilegal en la Ciudad da cuenta no sólo del fenómeno de los manteros, sino de la multiplicación de “saladitas” o ferias en espacios verdes locales, como la plaza San Martín, Parque Saavedra y plaza Malvinas.

Meses atrás, referentes de distintas entidades que nuclean a comerciantes platenses cuestionaron la realización y promoción de ferias “en las que se legaliza la venta de mercadería de dudoso origen”.

“Las ferias de 1 y 38 y del Parque Saavedra son más grandes que cualquier centro comercial de la Ciudad. Es un triste orgullo que La Plata se encuentre entre los cinco primeros del ranking de venta ilegal según la CAME. En ambas ferias hablan de productos artesanales, pero son muy pocos. El resto son productos ya elaborados, que revenden, sin saber qué origen tienen”, resaltó Piancazzo en diálogo con EL DIA.

RUBROS EN EXPANSION

Tanto en los puestos ambulantes como en las ferias puede adquirirse desde ropa -usada o nueva- hasta comida -frutas, verduras, empanadas, chipá, tartas, miel- pasando por accesorios para el hogar y los celulares, dvds pirateados, paraguas, pañuelos, relojes, bijouterie y marroquinería. Por lo general, la transacción se realiza por fuera de toda norma: no pagan impuestos; ocupan el espacio público; no entregan facturas ni hacen aportes de ningún tipo.

Un ejemplo particularmente llamativo -sobre el que ya alertó EL DIA- es el de las “verdulerías a cielo abierto”, puestos que arman con un par de caballetes, un tablón y cajones y ofrecen a la venta frutas y verduras a menor precio que en los locales, sin ningún tipo de control bormatológico. “Aunque la verdura y la fruta no bajó, en las verdulerías ambulantes que se instalan en el centro hay precios bajos. ¿Por qué?. Habría que averiguar las razones de las diferencias de precios”, señaló Piancazzo

– El Día